La actitud de Yair Lapid, ex primer ministro israelí, hacia los medios de comunicación refleja una preocupante falta de comprensión sobre el papel fundamental que desempeñan en una sociedad democrática. Los medios tienen la responsabilidad de presentar múltiples perspectivas sobre un tema, especialmente en situaciones tan complejas y matizadas como el ataque que está realizando Israel sobre Palestina.
Al sugerir que la cobertura «equilibrada» es problemática, Lapid está pidiendo una narrativa unidimensional que favorezca su perspectiva, algo que socava la integridad del periodismo. La insinuación de Lapid de que los medios que no se alinean con su visión están «sirviendo a Hamas» es una táctica peligrosa que busca desacreditar y silenciar a los críticos. Tal retórica polarizadora solo sirve para profundizar las divisiones y obstaculizar cualquier esfuerzo hacia la paz.
Lapid es la oposición a Netanyahu. Por lo tanto, la oposición a Netanyahu es Israel es más Netanyahu.
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