El «fachapobre» se identifica con el señorito, piensa que defenderle le acerca a él, pero este jamás le invitará a la mesa. Mientras tanto, mira con desprecio a quienes comparten su misma realidad, pero siendo realistas y con conciencia de clase.
Related posts
2 Comments
Deja una respuesta Cancelar la respuesta
SÍGUENOS
Argentina vota bajo la amenaza de Trump y el declive liberticida de Milei
El futuro del Congreso argentino se decidirá entre el miedo y la resistencia. Washington ya ha dejado claro que solo financiará a quien obedezca.
De la protesta al desafío: por qué el movimiento No Kings Day debe pasar a la desobediencia civil
Cuando los discursos demócratas sustituyen la acción, la resistencia se vacía de contenido. No basta con marchar.
Francesca Albanese acusa: “Los países que apoyan a Israel son responsables del genocidio en Gaza”
La relatora de la ONU señala a más de sesenta Estados —principalmente occidentales— como cómplices materiales, diplomáticos y financieros de un crimen colectivo
Vídeo | NACHO ABAD, de la ANTIPOLÍTICA al ANTIPERIODISMO
Estamos asistiendo al triunfo supremo de la idiotez: la moda de la antipolítica.
Vídeo | Victoria Martín: no todo es debatible
Porque una cosa es la libertad de expresión, y otra muy distinta es exigir respeto por la estupidez, el odio o la mentira.
Seguir
Seguir
Seguir
Subscribe
Seguir
Normalmente es gente que se cree más de lo que es, y se apega a los apellidos y las pintas, debe parecer culto, de plata, ahí ellos se quedan… Yo pienso que esta gente que vota a la derecha tiene el Síndrome de Estocolmo… Porque le gusta quienes le roban y no legislan nunca en favor del trabajado sino que protegen la banca y al gran empresario.
Otra muestra mas de la teoria de la herradura, los de izquierdas dicen que defienden al trabajador, mientras que la izquierda en el poder trae inmigrantes, fuerza a las mujeres a estar en el mercado laboral, y pierde el tiempo en chorradas que a los trabajadores no nos afectan: transexualidad, homosexualidad, etc
Mientras los fachapobres piden que se echen a los inmigrantes, que efectivamente bajan los salarios y suben los precios de la vivienda, pero se olvidan de que se acabe con el monopolio de los bancos centrales sobre la moneda, y que se dividan o se pongan impuestos a multinacionales y grandes empresas.
Aunque weno, tampoco es que la izquierda haga nada contra los bancos ni las grandes empresas.
Son dos alas del mismo pajaro.