La moda rápida ha generado un ciclo de producción y consumo devastador, devorando recursos y manipulando el comportamiento humano con una renovación constante de prendas diseñadas para ser efímeras. Este modelo, impulsado por figuras como Amancio Ortega con Zara, propone colecciones semanales que acortan la vida útil de cada prenda, fomentando un consumismo compulsivo similar al de las casas de apuestas.
Marcas como Shane y Temo, líderes de la moda rápida de tercera generación, exacerbando el problema al producir miles de artículos diarios que contribuyen enormemente a la contaminación y a la explotación laboral. El resultado es un crecimiento insostenible de la industria, que no solo daña al medio ambiente sino que promueve una cultura de desecho y desvalorización, donde la mayoría de las prendas terminan incineradas en vertederos, liberando tóxicos nocivos para el planeta.
Rompe esta espiral de consumo desenfrenado. Pronto publicaremos otro vídeo sobre las alternativas.
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