La tragedia de la DANA evidencia la necesidad urgente de actualizar nuestros protocolos y adaptar nuestras infraestructuras para enfrentar una realidad climática cada vez más peligrosa.
Una semana después de la tragedia de la DANA, aún quedan cuerpos por recuperar, lodo que limpiar y vidas que recomponer. Mientras miles de personas siguen sin luz, agua y alimentos, los escombros y el agua contaminada se acumulan junto a productos químicos, representando un peligro inminente para la salud de la población. Ante este panorama desolador, urge una reflexión profunda sobre los errores cometidos y una revisión inmediata de nuestras políticas y protocolos de prevención y respuesta.
La realidad climática ha cambiado drásticamente, y nuestros modelos de gestión y desarrollo urbano han quedado obsoletos. Desde los años sesenta, el desorden urbanístico permitió la construcción en zonas de alto riesgo, dejando a miles de personas en peligro. No solo necesitamos infraestructuras adaptadas a este nuevo clima, sino también gobernantes dispuestos a actuar con responsabilidad. Gracias a personas como Juan Bordera, Antonio Turiel y Fernando Valladares, cuyas investigaciones y advertencias han sido cruciales para comprender la magnitud de esta crisis, podemos vislumbrar un camino hacia una mejor preparación y resiliencia ante futuras catástrofes.
Related posts
SÍGUENOS
Milei, contra las cuerdas
El peronismo conquista seis de las ocho secciones electorales y abre una grieta en el proyecto de odio del Gobierno nacional.
Feijóo, de la centralidad al fango
Cuando el barro se convierte en programa político, el país entero queda atrapado en la cloaca.
Milei se rinde al dólar: volantazo desesperado con aval del FMI
El gobierno que prometía “no intervenir jamás en el mercado” se arrodilla ante la divisa y dinamita su propio dogma.
Vídeo | Queremos más Chikahiros
No hay pancartas masivas ni focos mediáticos. Solo un chef japonés que cada semana se planta ante la embajada de Israel en Tokio y repite lo mismo: “Parad el genodicio”. Una voz sola que vale por miles. Queremos más Chikahiros.
Vídeo | El negocio de matar
Palantir vende tecnología, pero lo que compra el ejército israelí es impunidad: un algoritmo que legitima la masacre. Cada contrato firmado es un misil que despega. Cada sonrisa de Karp es una fosa abierta.