Juan Roig, dueño de Mercadona, se presenta como un paradigma de éxito empresarial. Sin embargo, hay una contradicción notable en el corazón de su imperio: mientras aboga por una mejora en los ingresos de agricultores y ganaderos, su propio modelo de negocio parece estar en el epicentro de las dificultades que enfrentan estos productores.
Roig, sin despeinarse, afirma que los agricultores y ganaderos merecen ganar más, un comentario que resuena con ironía, considerando cómo las prácticas comerciales de Mercadona han sido criticadas por ejercer una presión descendente sobre los precios que reciben estos productores. La estrategia de Mercadona, basada en una competencia feroz entre proveedores para reducir costos, ha generado un escenario donde los márgenes de beneficio se inclinan desproporcionadamente a favor del distribuidor, dejando al productor en una posición precaria.
¿Es suficiente contribuir al erario público y generar empleo, o deberían estas figuras de poder asumir un compromiso más profundo con la sostenibilidad y equidad en su cadena de valor? Nosotras lo tenemos claro, ¿y tú?
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