Las alianzas del PP con la extrema derecha deben ser un llamado a la acción para la izquierda
El 23J se avecina y el panorama político está en ebullición y el apoyo otorgado por Alberto Núñez Feijóo, del Partido Popular, a la extrema derecha de Vox, pone en evidencia la alianza entre estos dos partidos para afianzar su dominio ultraconservador en diversos municipios y autonomías. Esto, que inicialmente era solo una posibilidad, se ha tornado en una realidad concreta con Valencia como uno de los primeros ejemplos, seguido por Burgos y Elche. A pesar de que el PP intentó disfrazar esta alianza, es claro que la única alternativa que están ofreciendo a los gobiernos progresistas es una unión de derechas con la ultraderecha.
El caso de la Generalitat Valenciana destaca. Fue testigo de un pacto cerrado en un tiempo récord de tres horas, negociado con un individuo condenado por violencia machista, lo que permitió a la ultraderecha asegurar la presidencia de la cámara autonómica. Esta situación alarmó a los miembros del gobierno, quienes expresaron su preocupación y desacuerdo, tachando este acuerdo de vergonzoso y mostrando cómo se ha pasado de no cruzar ciertas líneas a dar la bienvenida con alfombra roja a Vox.
¿Vamos a permitir que la ultraderecha gane poder, o vamos a luchar por una sociedad más justa, inclusiva y progresista?
La izquierda hemos estado advirtiendo sobre esta posibilidad durante mucho tiempo, pero ahora que es una realidad, se convierte en un llamado urgente para activar al electorado progresista. La dirección nacional del PP, bajo el liderazgo de Feijóo, ha dado luz verde a esta alianza y esto debe servir como un revulsivo para que los ciudadanos tomen conciencia de la importancia de participar en las elecciones del 23J.
UNA ALIANZA IMPRESCINDIBLE
Es vital que Sumar y el PSOE reconozcan la oportunidad que estos pactos entre Feijóo y la ultraderecha representan para unificar y movilizar a la izquierda. Sumar, la coalición de izquierda liderada por Yolanda Díaz, junto con el PSOE, deberían tomar esta situación como una señal de alarma para fortalecer su posición y ofrecer una alternativa atractiva y viable a los electores.
Si estos dos partidos de la izquierda aprovechan la creciente preocupación por la alianza de la derecha con la ultraderecha, pueden cambiar el rumbo de las elecciones. Este sería un momento para mostrar la solidez y la visión progresista que tienen, y hacer un llamado a la ciudadanía para que reconozcan la importancia de su voto en salvaguardar los valores democráticos y la inclusión social.
No solo se trata de una lucha política, sino también de una batalla por el alma y el futuro del país. Las elecciones del 23J tienen la capacidad de definir qué tipo de nación queremos ser. ¿Vamos a permitir que la ultraderecha gane poder, o vamos a luchar por una sociedad más justa, inclusiva y progresista?
Las ciudadanas y ciudadanos deben reconocer que el 23J no es solo otra elección
El PSOE ha demostrado anteriormente su capacidad para enfrentar desafíos, como fue el caso de la derrota de ETA bajo un gobierno socialista, que puso fin a la violencia política que asoló el país durante décadas. Esta historia de éxito debe ser recordada y utilizada como ejemplo de cómo la izquierda puede hacer frente a adversidades y lograr cambios significativos para la sociedad.
Por su parte, Sumar, bajo el liderazgo de Yolanda Díaz, ha demostrado ser una voz fresca y firme en la política, con propuestas centradas en la justicia social y la igualdad. Esta combinación de experiencia y renovación puede ser poderosa si se canaliza adecuadamente.
Es crucial que Sumar y el PSOE se comuniquen de manera efectiva con el electorado, explicando con claridad y firmeza por qué es fundamental votar por partidos progresistas y cuáles son las consecuencias de permitir que la ultraderecha gane poder. Esto podría incluir sesiones de preguntas y respuestas, debates públicos y el uso estratégico de las redes sociales para llegar a un público más amplio.
Las ciudadanas y ciudadanos deben reconocer que el 23J no es solo otra elección; es una oportunidad para tomar una postura en defensa de los valores que definen y unen a una sociedad democrática.
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