El PP no quiere hablar de la corrupción de su partido y el periodismo patrio lo acepta sin miramientos.
El periodismo patrio está bajo mínimos. Si hoy veíamos como la prensa española blanqueaba el acoso neonazi a Pablo Iglesias en Coslada, ahora nos llega un vídeo de tan solo 49 segundos que resume perfectamente el servilismo y falta de ganas de molestar del periodismo en nuestro país.
En una entrevista en La hora de la 1 de TVE, la vicesecretaria de Organización del PP, Ana Beltrán, ha expuesto las miserias de la cadena. La periodista Mónica López expuso a Beltrán que acababan de ver la última confesión del exjefe de la trama corrupta Gürtel, Francisco Correa, en la que implicaba a varios ex altos cargos del Partido Popular en los municipios de Majadahonda y en Boadilla del Monte.
Correa ha reconocido que los hechos que aparecen en el escrito de acusación de la Fiscalía, que le pide 76 años de cárcel, “son ciertos”. La Fiscalía señala que el PP es partícipe a título lucrativo de los delitos que cometió la trama corrupta y que sirvieron para financiar actos electorales del partido política por un total 204.198 euros.
La confesión que Correa ha remitido al juez, escrita de su puño y letra, dice lo siguiente: “Yo actuaba como intermediario entre los empresarios de empresas de construcción o de servicios y la alcaldía así como con la Empresa Municipal de la Vivienda. Yo negociaba el margen de porcentaje de cada adjudicación y cuando se materializaba la contratación, el empresario me entregaba el dinero en efectivo y yo siempre le entrega a Arturo González Panero [alcalde] o a Tomás Martín Morales [presidente de la Empresa Municipal de la Vivienda] dependiendo de cual fuera el órgano que licitaba el concurso: la alcaldía o la Empresa de la Vivienda. Como dato significativo: el alcalde percibía dádiva en cualquiera de los casos, es decir siempre”.
Una bomba política que debería sacudir los cimientos del Partido Popular, pero que, como veremos, la connivencia de la prensa y la inexistente crítica política harán que pase sin pena ni gloria por la actualidad.
Prensa y servilismo
Ana Beltrán contestaba a la periodista que “sabe usted perfectamente, pues lo hemos dicho ya desde hace un mes, que nosotros no hablamos de estos temas ni de temas pasados que no competen a la nueva dirección. Por lo tanto, nada que decir”. Una descarada forma de vetar un tema y enfocar una entrevista a dónde le interesa al entrevistado.
Sin embargo, lejos de la vergüenza que supone que el entrevistado marque la agenda del entrevistador, lo peor de todo es que el periodista baje la cabeza y acepte sumiso la situación. Es lo que le pasó a Mónica López, que directamente pasó a otro tema: “De acuerdo, vamos a hablar de la precampaña madrileña”.
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