La colíder de AfD redefine al partido como «protector de los judíos» mientras blanquea el nazismo en una charla complaciente con el dueño de X.
Alice Weidel, figura clave de la ultraderecha alemana y candidata de Alternativa para Alemania (AfD), utilizó una entrevista en la plataforma X, moderada por su propio propietario, Elon Musk, para proyectar su partido como una opción “conservadora y libertaria”. En un evento seguido por 200.000 usuarios, Musk no solo evitó cuestionar las posturas de Weidel, sino que reforzó su discurso, recomendando abiertamente votar a AfD: “Si estás descontento con la situación, AfD es la mejor opción”, afirmó.
Pese a esta descripción suavizada, AfD sigue siendo considerado un partido de extrema derecha vigilado por la Oficina Federal para la Protección de la Constitución. Sin embargo, ese detalle fue deliberadamente omitido en la conversación, en la que Musk incluso elogió a Weidel calificándola como “razonable”.
La entrevista se presentó como una conversación distendida, pero estuvo plagada de tergiversaciones. Weidel llegó a calificar a Adolf Hitler como “comunista”, distorsionando los hechos históricos con afirmaciones como “Hitler fundó empresas estatales, subió impuestos y nacionalizó industrias enteras”. Esta narrativa, lejos de ser corregida, fue reforzada por Musk mediante gestos de aprobación y risas.
EL RELATO DE LA ULTRADERECHA: REVISIONISMO HISTÓRICO Y BLANQUEO
En uno de los momentos más alarmantes, Weidel afirmó que AfD es “el único protector de los judíos en Alemania”, ignorando deliberadamente el antisemitismo presente en discursos de su propia formación y el auge de ataques de odio vinculados al entorno ultraderechista. Esta estrategia busca reposicionar al partido como un defensor de los valores occidentales en el contexto del conflicto en Oriente Medio, aprovechando su declarado apoyo a Israel.
Mientras tanto, ambos utilizaron la entrevista para desviar la atención hacia la crítica de la Unión Europea, describiendo la normativa comunitaria sobre redes sociales como un ataque a la “libertad de expresión”. Musk y Weidel aludieron a los “150 burócratas” que, según ellos, “supervisaban” la entrevista. En realidad, la Ley de Servicios Digitales de la UE busca prevenir la difusión de discursos de odio y desinformación en plataformas masivas.
DE LA PROPAGANDA AL APOYO GEOPOLÍTICO
La charla también fue utilizada para reforzar la narrativa pro-Trump y criticar a los líderes europeos actuales. “La guerra en Ucrania debería terminar tras la toma de posesión de Trump”, afirmó Weidel, planteando que el retorno del expresidente estadounidense es la clave para la paz. Este comentario, lejos de ser casual, refuerza el discurso ultranacionalista y aislacionista que impulsa AfD.
Asimismo, la líder cargó contra las políticas migratorias de Angela Merkel, a quien acusó de abrir “las fronteras a la inmigración ilegal” y de ser una “canciller ecologista”. En materia energética, criticó el cierre de las plantas nucleares y responsabilizó a los anteriores gobiernos del aumento de la dependencia del gas ruso. El objetivo del discurso era claro: reforzar el temor a una supuesta decadencia de la economía alemana y apuntalar la narrativa de un sistema “socialista y fallido”.
MUSK Y EL BLANQUEO DE LA ULTRADERECHA GLOBAL
La entrevista de Elon Musk con Alice Weidel se suma a una serie de episodios en los que el magnate ha amplificado voces de la extrema derecha a nivel mundial. Desde su adquisición de X, Musk ha impulsado un modelo de “libertad de expresión” que ha abierto las puertas a discursos peligrosos bajo la apariencia de debates legítimos. Su respaldo explícito a partidos como AfD, en plena campaña electoral alemana, ha generado críticas de líderes como Emmanuel Macron y representantes de la Comisión Europea, quienes lo acusan de injerencia política.
La conversación concluyó con un tono cómplice, en el que tanto Musk como Weidel afirmaron que desean una Alemania “próspera y libre de amenazas”, mientras criticaban sin pruebas la estrategia europea frente a la guerra de Ucrania y las políticas climáticas. Sin embargo, detrás de las risas y la aparente cordialidad, el mensaje fue claro: la extrema derecha tiene en Musk un altavoz y un aliado en su agenda global.
En tiempos donde la desinformación y los discursos de odio se propagan a través de las redes, es imprescindible reforzar los espacios de información veraz y crítica.
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