Miles de camioneros se han quedado retenidos cerca del puerto de Dover, ya que Francia decidió cerrar la frontera con el Reino Unido a causa de la nueva cepa de COVID-19.
Es cierto que las fronteras reabrieron tres días después, pero Francia exige a todos los camioneros un test de coronavirus negativo antes de poder acceder al país.
Según reportan los medios, dicha condición ha sido resuelta con suma lentitud. «Pensábamos que en 30 horas se podía resolver esto, pero la realidad es que no, todavía le queda mínimamente otras 24 o 30 horas más», cuenta Ramón Valdivia, director general de la Asociación del Transporte Internacional por Carretera (Astic), que representa a grandes empresas de un sector en el que priman las pymes a 20 minutos. «Las cosas van muy despacio. De los que tenemos chequeados a las 12 de hoy [por el viernes] habían salido el 15% de los que estaban», estima Valdibia.

Debido a esta situación «muchos están comiendo y bebiendo de la caridad de los vecinos de la zona, que les han llevado pan, queso, jamón, algunas conservas…» ha explicado a 20 minutos Dulsé Díaz, secretario adjunto de la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM), que además sentencia que esta situación «todavía va a durar días».
Hasta el momento, de las 10.000 pruebas de detección de la Covid que ha realizado el gobierno británico, tan solo 24 han resultado positivas, según expresó en la tarde del viernes el secretario de Estado de Transporte británico, Grant Shapps, en su cuenta de Twitter.
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