Jaime Navarro y Beatriz Ungría, una pariente de la familia real búlgara, se casaron este sábado pasado en el Casino de Madrid
Sin mascarillas, sin distancia de seguridad y con muchos abrazos y besos. Así ha sido la boda entre Jaime Navarro, canterano del Real Madrid, y Beatriz Ungría, emparentada con la realeza de Bulgaria.
La boda se celebró este sábado en el Casino de Madrid y el vídeo de la entrada de los novios en el restaurante se ha filtrado en las redes sociales, causando indignación entre los usuarios.
En el vídeo se puede ver a los invitados levantados de sus asientos agitando servilletas, ajenos a la tercera ola de la pandemia, ya que las únicas personas que se ve con mascarillas para protegerse frete a la covid-19 son los camareros y fotógrafos del evento.
Camareros y fotógrafos, los únicos con mascarilla en la boda
El referente español del pádel Juan Lebrón también asistió al evento. En sus redes sociales, el gaditano ha compartido una fotografía con varios invitados en la que tampoco ninguno de ellos luce mascarilla, cuyo uso es obligatorio tanto en el interior como el exterior de los establecimientos, ni está respetando la distancia de seguridad.
Aunque los invitados están repartidos en mesas de cuatro personas se abrazan y bailan entre ellos sin ninguna precaución.
En plena tercera ola del coronavirus, con muchas zonas de Madrid confinadas, sin apenas reuniones familiares y haciendo todo lo posible para bajar los contagios, parece que el Casino de Madrid es inmune al virus.
En algunos ‘stories’ publicados por Miguel Semmler y Nacho Horcajada, también invitados a la boda, se puede ver cómo no se guardaron las distancias ni se hizo uso de la mascarilla. En uno se ve a dos invitados posando con los novios, sin ninguna medida de seguridad. En el otro, se ve a dos invitados acercándose al dj sin mascarilla, copa en mano y repartiendo abrazos, en la fiesta de después.
Si tenéis que celebrar algo, hacedlo en Madrid, que no hay covid. Así se celebró ayer una boda en el Casino de Madrid. Eso sí, vivir bajo la vieja normalidad hay que pagarlo… pic.twitter.com/gAnWVtMbU9
— Redons (@Dr_Redons) February 7, 2021
Mientras tú te hielas dando clase con las ventanas abiertas, los pijos se van de fiesta pic.twitter.com/KUkC1hQ637
— Dani Domínguez (@DaniDominguezRo) February 7, 2021
El sanitario Héctor Castiñeira, más conocido como «Enfermera Saturada» ha lamentado:
Por mucho que contemos lo que sucede, los medios muestren imágenes o pacientes den su testimonio, siempre va a haber gente en una realidad paralela con su "bueno, hay que vivir". Ya, el problema es que jodes al resto.
— Enfermera Saturada ? (@EnfrmraSaturada) February 7, 2021
Pobres camareros y quienes mñ tengan contacto con todos estos.
Los que me dan pena realmente son los camareros. Todos con mascarilla FFP2 y cara de "a ver si no lo pillo". https://t.co/DG205rJNse
— Enfermera Saturada ? (@EnfrmraSaturada) February 7, 2021
La periodista y escritora Rosa Villacastín escribía: «Supongo que entraría la policía y les pondría la multa correspondiente, o no».
Supongo que entraría la policía y les pondría la multa correspondiente, o no.
— rosa villacastin (@RosaVillacastin) February 7, 2021
Related posts
SÍGUENOS
Milei, contra las cuerdas
El peronismo conquista seis de las ocho secciones electorales y abre una grieta en el proyecto de odio del Gobierno nacional.
Feijóo, de la centralidad al fango
Cuando el barro se convierte en programa político, el país entero queda atrapado en la cloaca.
Milei se rinde al dólar: volantazo desesperado con aval del FMI
El gobierno que prometía “no intervenir jamás en el mercado” se arrodilla ante la divisa y dinamita su propio dogma.
Vídeo | Queremos más Chikahiros
No hay pancartas masivas ni focos mediáticos. Solo un chef japonés que cada semana se planta ante la embajada de Israel en Tokio y repite lo mismo: “Parad el genodicio”. Una voz sola que vale por miles. Queremos más Chikahiros.
Vídeo | El negocio de matar
Palantir vende tecnología, pero lo que compra el ejército israelí es impunidad: un algoritmo que legitima la masacre. Cada contrato firmado es un misil que despega. Cada sonrisa de Karp es una fosa abierta.