El éxito del Partido del Trabajo belga no es solo una excepción, sino una lección para toda Europa.
En medio de una Europa marcada por el auge de los discursos ultraderechistas y las recetas neoliberales, el Partido del Trabajo belga (PTB/PVDA) emerge como una rareza. Este partido marxista no solo ha sobrevivido a la crisis de las fuerzas progresistas en el continente, sino que se ha convertido en una de las formaciones de izquierda radical más influyentes, con unos 25.000 miembros. Su fórmula parece sencilla, pero resulta revolucionaria en el panorama político actual: “Primero las personas, no los beneficios”.
El partido liderado por Raoul Hedebouw basa su programa en una crítica feroz a la mercantilización de la vida. Salud, empleo, educación, medio ambiente, solidaridad y paz han sido sacrificados, según denuncian, en el altar del beneficio económico. Frente a esta realidad, el PTB propone un “Socialismo 2.0” que elimine la explotación laboral sin comprometer la sostenibilidad del planeta.
Una de sus propuestas más destacadas es la implantación de un impuesto progresivo a las grandes fortunas. Un 2% para patrimonios superiores a 5 millones de euros y un 3% para los que superen los 10 millones. Con esta medida, calculan recaudar 8.000 millones de euros anuales que serían destinados a fortalecer la seguridad social, los servicios públicos y la atención médica. “Es hora de que el 1% más rico pague su parte, porque se han enriquecido a costa de la clase trabajadora”, insiste Hedebouw, quien se ha convertido en un referente al vivir con el salario medio de un trabajador belga.
Además, la formación plantea una ambiciosa agenda laboral y social: un salario mínimo de 2.800 euros brutos, el retorno a la edad de jubilación de 65 años y la implementación de una jornada laboral de 30 horas semanales. Estas propuestas han resonado especialmente en barrios populares como Mons y Molenbeek, donde el PTB se posicionó como la opción más votada en las elecciones municipales de octubre pasado.
ROMPER CON LA OTAN Y EL MODELO EUROPEO DE AUSTERIDAD
La posición internacional del PTB es igual de desafiante. Mientras buena parte de la izquierda europea ha adoptado posturas ambiguas respecto a la OTAN y la política exterior de la UE, el Partido del Trabajo aboga abiertamente por la salida de Bélgica de la Alianza Atlántica. “Europa debe dejar de ser un apéndice de los intereses estadounidenses”, denunció recientemente Marc Botanga, uno de sus dos eurodiputados.
En el Parlamento Europeo, Botanga y su compañero Rudi Kennes han sido voces críticas frente a la agenda liderada por Ursula von der Leyen. Desde Estrasburgo, han denunciado la sumisión de la UE a las políticas de austeridad y su falta de independencia frente a Washington. En relación con el genocidio en Gaza, Botanga calificó de “hipócrita” la postura europea, dejando claro que su prioridad es una política exterior centrada en la paz y la solidaridad internacional.
Más allá de su rechazo a la OTAN, el PTB apuesta por desobedecer las reglas presupuestarias europeas que obligan a los estados miembros a limitar el gasto público. Para Hedebouw y su equipo, estas normas han condenado a millones de europeos a la precariedad. En cambio, proponen referendos vinculantes sobre cuestiones clave como la austeridad, devolviendo el poder de decisión a las y los ciudadanos.
En las últimas elecciones parlamentarias federales de junio, el PTB consiguió aumentar su representación, pasando de 12 a 15 escaños, y sumando 200.000 votos más respecto a 2019. Una victoria que demuestra que es posible construir una izquierda coherente y cercana a las clases populares en un contexto de fragmentación política y crisis social.
UNA COHERENCIA QUE INCOMODA
Mientras otros partidos de izquierda han optado por diluir su mensaje para atraer a las clases medias, el PTB ha apostado por una agenda sin concesiones. Su propuesta no solo es un desafío al neoliberalismo, sino también una crítica directa a quienes, desde el progresismo, han abrazado políticas de ajuste que golpean a los más vulnerables. Hedebouw lo deja claro: “No digas ser de izquierdas si actúas como de derechas.”
En un mundo donde la coherencia política parece un lujo, el PTB ha demostrado que las ideas marxistas pueden ser una herramienta poderosa para combatir la desigualdad y construir un modelo más justo. El éxito del Partido del Trabajo belga no es solo una excepción, sino una lección para toda Europa.
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Qué alegría entre tanto tibio disfrazado de izquierda, caso Estados Unidos que han dejado entrar al lobo, haya una posición real de izquierda sin disfraces.
Vaya soplo de aire fresco…
Que las onanistas “”izquierdas “” chilenas tomen nota , hagan un esfuerzo y traten de entender.
Será una utopía para España.?