Tres meses después del inicio del último asedio de Israel contra Palestina, esta guerra ha dejado una huella devastadora. En la Franja de Gaza, más de 22.000 civiles han sido asesinados, y la mayoría de las víctimas son mujeres y niños, un saldo que supera cualquier récord negro anterior. Pero la tragedia no se limita a los civiles, ya que los periodistas también están siendo duramente afectados.
Reporteros Sin Fronteras empleó la palabra «masacrados» al describir la situación, con hasta 110 periodistas asesinados, incluyendo el impactante caso de Hamza Dahdouh y Mustafa Thurayya, quienes perdieron la vida cuando su coche fue bombardeado. Hamza era el hijo del reportero de Al Jazeera, Wael Dahdouh, quien en octubre había sufrido la pérdida de su esposa, su madre y sus dos hijos pequeños debido a los bombardeos de Israel contra la población.
A pesar de estas terribles pérdidas, Wael siguió informando con valentía, consciente de la necesidad de que el mundo sea testigo de las atrocidades que Israel está cometiendo en Gaza, con el respaldo de Estados Unidos y la indiferencia de gran parte de la comunidad internacional.
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