La unión de las izquierdas debe prevalecer incluso después del 23J, ser un martillo pilón unido contra el verdadero enemigo
Joaquim Bosch, magistrado y portavoz territorial de Juezas y Jueces para la Democracia, recientemente evocó un pasaje oscuro de la historia española para enviar un mensaje muy contemporáneo a las diferentes facciones de la izquierda. A través de su cuenta de Twitter, recordó los días finales de la Guerra Civil, cuando socialistas, comunistas, anarquistas y republicanos optaron por dirimir sus diferencias en un peligroso intercambio de fuego. Poco después, Franco tomó Madrid y no distinguió entre los diversos matices de la izquierda: todos sufrieron el mismo trágico destino.
Estoy releyendo libros sobre los días finales de la guerra civil en Madrid, cuando socialistas, comunistas, anarquistas y republicanos decidieron resolver sus diferencias a tiros. Poco después, entró Franco y los mató o encarceló a todos. No hizo diferencias entre ellos.
— Joaquim Bosch (@JoaquimBoschGra) June 27, 2023
El contexto histórico que Bosch menciona nos lleva a reflexionar sobre un patrón que se ha repetido a lo largo de la historia: cuando las fuerzas progresistas se dividen y luchan entre sí, las fuerzas conservadoras a menudo aprovechan la oportunidad para ganar poder.
Este recordatorio de Bosch llega en un momento crucial. En un panorama político en constante evolución, donde la polarización y la fragmentación amenazan la unidad de la izquierda, su mensaje es un llamado a la reflexión. Las diferentes corrientes de la izquierda deben buscar maneras de trabajar juntas para enfrentar los desafíos comunes, en lugar de luchar entre sí, tal y cómo Yolanda Díaz intenta hacer en ‘Sumar’.
La advertencia de Bosch no debe ser tomada a la ligera. Si las diferentes facciones de la izquierda insisten en sus diferencias y rivalidades, corren el riesgo de facilitar la tarea a sus adversarios políticos. En última instancia, lo que está en juego es la defensa de los valores y principios compartidos: la justicia social, la igualdad y la libertad.
No importa qué matiz de la izquierda prefiera cada uno, el desafío es encontrar formas de colaborar y coexistir pacíficamente. Es hora de que la izquierda deje de dispararse en el pie y comience a unirse en la construcción de un mundo más justo y equitativo. Más allá del proyecto de Díaz, la unión de las izquierdas debe prevalecer incluso después del 23J, ser un martillo pilón unido contra el verdadero enemigo.
La lección de la historia es clara, y el mensaje de Bosch no podría ser más oportuno. Aún hay tiempo para aprender de los errores del pasado y trazar un camino común hacia el futuro. No debemos olvidar que la diversidad de pensamiento no es una debilidad, sino una fortaleza. Juntos, podemos ser un frente formidable para un cambio positivo.
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