Ninguna mujer debería tener que enfrentarse a la humillación, el escrutinio y la vergüenza simplemente por ejercer su derecho a existir libremente y a publicar lo que le dé la gana
Por Javier F. Ferrero
Recientemente, me vi obligado a responder a Ndongo, el ultraderechista de Vox transformado, por alquimia inexplicable, en periodista en el periódico de extrema derecha de Javier Negre: “Una mujer puede hacer con su cuerpo lo que le dé la real gana y publicar las fotos que quiera. ¿Sabes quién no puede hacerlo, Bernard? Ni tú ni la panda de machistas de manual que repiten lo mismo una y otra vez porque piensan con una cabeza más que con la otra”. Bernard le reprochó a la cantante Rosalía que “para pedir respeto tienes que respetarte primero a ti misma” después de que ella publicara una foto desnuda.
Todo esto viene por el siguiente tema:
“Rosalía, una foto desnuda falsa creada por JC Reyes y lo que esto realmente significa: machismo. JC Reyes manipuló una imagen de Rosalía para que apareciese desnuda. A pesar de que Rosalía ya lo ha denunciado en Twitter, la pregunta sigue en el aire: ¿Por qué?”
Y aquí está el quid de la cuestión, queridos lectores: ¿Por qué? ¿Por qué es tan difícil para ciertos individuos, y me refiero a aquellos de mentalidad medieval y perspectiva machista, entender que el cuerpo de una mujer le pertenece a ella y a ella sola? ¿Por qué es tan complicado entender que una mujer tiene el derecho de publicar lo que quiera, cuando quiera y como quiera?
La misoginia que emana de acciones como las de JC Reyes y Bernard Ndongo es un ejemplo flagrante de cómo una gran cantidad de hombres, en su ignorancia y prejuicio, intentan dictar, controlar y condenar a las mujeres por ejercer su autonomía. No cabe duda de que este es un claro reflejo de la sociedad patriarcal en la que vivimos, donde las mujeres se ven constantemente objetivadas, sexualizadas y denigradas.
Entonces, permítanme ser absolutamente claro: ninguna mujer debe pedir permiso o buscar la aprobación de nadie para publicar lo que le dé la gana. Ya sea Rosalía o cualquier otra mujer, nadie tiene el derecho de criticarla, juzgarla o condenarla por decidir mostrar su cuerpo al mundo.
El machismo y la misoginia deben ser confrontados y desafiados en cada oportunidad. Así que, a aquellos hombres que piensan que tienen algún tipo de autoridad o derecho a opinar sobre lo que una mujer puede o no puede hacer con su cuerpo, les digo esto: Basta ya. Es hora de que entiendan que el cuerpo de una mujer no está en debate. Su cuerpo, sus reglas. Y si eso les resulta demasiado difícil de entender, entonces es probable que sean parte del problema, no de la solución.
No puedes esconder tu machismo tras la fachada de la “preocupación” o la “decencia”
Finalmente, Rosalía y todas las mujeres merecen respeto, no solo en la forma en que deciden presentarse al mundo, sino también en sus elecciones, sus voces y su autonomía. El cuerpo de una mujer no está abierto a tu escrutinio, ni está sujeto a tu aprobación. No tienes voz ni voto en lo que una mujer elige hacer con su cuerpo, y es hora de que lo entendáis de una vez por todas.
No puedes esconder tu machismo tras la fachada de la “preocupación” o la “decencia”. No puedes utilizar tu voz para perpetuar el sexismo, la misoginia y la objetivación. No puedes ignorar el daño que causa el uso irresponsable de las plataformas de redes sociales para difamar, degradar y humillar a las mujeres. En resumen, no puedes negar el derecho de una mujer a existir libremente y en sus propios términos.
Así que a ti, JC Reyes, te digo esto: tu inmadurez y falta de respeto es evidente. Al manipular y difundir una imagen falsa de Rosalía desnuda, no solo has faltado al respeto a Rosalía, sino a todas las mujeres. Has perpetuado la creencia perjudicial y retrógrada de que el cuerpo de una mujer está en juego para el consumo público y el escrutinio. Y esto no es aceptable.
Debemos deshacernos de las nociones preconcebidas y desactualizadas de “decencia” y “respeto a uno mismo”
La educación es la clave aquí. Todos debemos aprender a respetar a las mujeres y sus decisiones, especialmente en cuanto a cómo eligen presentarse al mundo. Debemos deshacernos de las nociones preconcebidas y desactualizadas de “decencia” y “respeto a uno mismo”, y en lugar de eso, debemos aprender a respetar a las mujeres por lo que son: seres humanos con plena autonomía sobre sus cuerpos y sus vidas.
Entonces, mientras te desafío a ti, JC Reyes, a ti, Bernard Ndongo, y a todos los que piensan como vosotros, a reflexionar sobre vuestras acciones y a aprender de este incidente, me gustaría recordarles a todas las mujeres que lean esto: vuestra valía no está definida por lo que otros piensen de vosotras. Sois libres de ser quien queráis ser y de hacer lo que queráis hacer. Y recordad, siempre, que vuestro cuerpo es vuestro, y solo vuestro.
Si todos nos esforzamos en enseñar y aprender el respeto mutuo, podemos contribuir a crear una sociedad en la que todas las mujeres puedan sentirse seguras, respetadas y libres para ser quienes son. Y eso, queridos lectores, es lo que realmente importa.
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