Pablo Iglesias, Carmen Calvo y García Margallo han vuelto a los micrófonos de la Cadena SER en la segunda temporada de El Ágora, la sección de debate dentro de Hora 25.
Junto con Aimar Bretos Pablo Iglesias ha vuelto a repasar el presente de la política y social española, pero también ha tratado el futuro que se avecina en España.
Margallo ha señalado que una de las claves del sistema político español hasta hace 10 años era el de los acuerdos entre PP y PSOE. A estos pactos, según Iglesias, habría que añadir a PNV y CiU.

Unos acuerdos que, según el exvicepresidente del Gobierno, fueron posibles “mientras hubo cierta prosperidad política y económica en la UE”: “Esto empieza a saltar por los aires en 2007 y creo que ya es imposible que en España haya una suerte de restauración del viejo bipartidismo simplemente por razones electorales”.
Ha comentado Iglesias que si PP y PSOE se pusiesen de acuerdo “tendrían números” pero que, en este contexto, “sería la muerte de los dos partidos”.
Para Iglesias, el escenario “probable”, a su pesar, es el de un Gobierno de PP y Vox “porque ni el PP de Feijóo alcance los 175 diputados pero sí alcancen una mayoría absoluta PP y Vox”.
“Creo que es un escenario peligroso que implicará que haya un bloque en el que no solo estarán estos partidos sino la derecha judicial, que ha ya hecho valer sus galones, sectores de la derecha en la policía y las fuerzas de seguridad del Estado que se puede traducir en la persecución de los rivales políticos y que algunos de nosotros, figuras políticas, figuras del periodismo, acabemos en la cárcel”, ha señalado.
El segundo escenario, “más improbable”, pero “deseable” es un acuerdo de Estado “en una dirección republicana” con todas las fuerzas que sacaron adelante la moción de censura que sacó a Mariano Rajoy del Gobierno.
Para Iglesias, este escenario es “improbable” porque solo Podemos y Bildu tienen esto en mente ya que ni los independentistas catalanes, ni el PNV, ni el PSOE lo tienen claro.
Al PSOE, según el exvicepresidente, le tocaría encabezar esta “transición de reforma del Estado” que implica “asumir una serie de cambios que se tienen que producir y de imposibilidad de acuerdos de Estados con la derecha como lección fundamental de esta experiencia de legislatura”.
“Ojalá ocurra lo segundo pero, por desgracia, todo va apuntando que vamos al escenario italiano que me parece el más peligroso”, ha sentenciado.
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