El diario Público ha hecho un extenso reportaje sobre la impunidad sobre los atentados parapoliciales acometidos entre 1975 y 1985.
«Los grupos que cometieron esos ataques contaban con la complicidad o incluso participación directa de miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado», comenzaba explicando Danilo Albín en Público para reflejar la impunidad con la que actuaron los grupos parapoliciales entre 1975 y 1985.
Ell libro La guerra no declarada. Terrorismo de Estado en Euskal Herria, editado en 2014 por la asociación Euskal Memoria, había documentado «78 atentados cometidos por grupos de extrema derecha».

«No se trata de agresiones de poca monta, sino que están perfectamente detalladas y contrastadas: atentados con bombas y explosivos, ametrallamientos, ataques con cócteles molotov, incendios provocados, palizas a cargos electos, violaciones…», señalaba Sanfermines 78 Gogoan.
Pese a que no hay un acuerdo conciso sobre los atentados, «hay un aspecto en común para la mayoría de los casos: la ausencia absoluta de esclarecimiento judicial sobre lo ocurrido», explica Albín.
«Cuando las víctimas denunciaban, se hacía una investigación corta, la cerraban y punto», resume a Público el profesor Ignacio Pérez Macías. «En otros casos no denunciaban –señala el investigador–, porque los antecedentes eran disuasorios y había cierto hastío entre estas personas: para qué voy a denunciar si luego no pasa absolutamente nada».
Este terrorismo, que a veces se ha apellidado como «terrorismo de ultraderecha», «no fue otra cosa que terrorismo de Estado», explica.
En esa línea, Sanfermines 78 Gogoan advertía precisamente en su artículo sobre «las evidentes connivencias y complicidades que se daban entre los grupos de extrema derecha y los cuerpos policiales». «Una de las consignas que se gritaban en la calle en las concentraciones y manifestaciones de protesta por aquellas acciones era: ‘De noche incontrolados, de día uniformados’. Esta frase resumía perfectamente la percepción popular de quién estaba detrás de aquellos atentados», apunta.
Related posts
SÍGUENOS
Precariedad entre llamas para los bomberos forestales: 1.170 euros en Castilla y León frente a 3.600 en Catalunya
La privatización, los contratos basura y los sueldos indignos dibujan un panorama tercermundista en quienes arriesgan la vida frente al fuego
Opinión | Alvise y el “sorteo” que nunca existió: de trileros y maletines
La técnica es la de siempre: la ultraderecha se vende como pueblo llano mientras se reparte sobres y maletas en despachos de empresarios.
Crece la indignación global por el asesinato de periodistas en Gaza
Organizaciones de prensa, Naciones Unidas y periodistas denuncian la impunidad de Israel tras el ataque al hospital Nasser.
Vídeo | París marca el camino
París acaba de plantar un bosque en pleno centro. Donde antes había cemento y calor, ahora hay sombra, frescor y vida. Si ellos pueden, ¿qué excusa tienen nuestras ciudades? La crisis climática no espera: lo público debe apostar por espacios verdes, habitables y resilientes.
Vídeo | Jefaza
Cuando la ciudadanía se rebela, cuando una mujer de 87 años se atreve a pegar una pegatina contra el genocidio, mandan a cinco policías a por ella como si fuera peligrosa.