Alberto Rodríguez regresará a su anterior ocupación como obrero industrial una vez ha perdido su escaño como diputado.
El ya exdiputado de Unidas Podemos, tras la decisión de Meritxell Batet, regresó a las Islas Canarias, desde donde anunció que dejaba la militancia en Podemos y desde donde ha comunicado este viernes que ha solicitado la reincorporación a su antiguo puesto de trabajo.
Rodríguez, antes de ser diputado, y ahora, es técnico superior en Química Ambiental y ha sido operador en una refinería de petróleo, según consta en la web del Congreso.
Lo ha anunciado a través de su cuenta oficial de Facebook, que después divulgaría a sus otras redes sociales: «Vuelvo a mi curro, a mi profesión, a ganarme el pan y continuar aumentando experiencias vitales y luchas juntos con mis compañeras de la fábrica a las que tanto he echado de menos», asegura el exsecretario de Organización morado.
«Es un paso fácil para mí, siempre supe que llegaría y jamás lo pretendí esquivar», afirma. «Me parece sano, honesto y coherente hacerlo. Nunca he concebido la representación política como una forma de permanecer individualmente a toda costa. Realmente creo que debe ser todo lo contrario: Una etapa de generosidad, de gran exposición personal, que sirva para defender los derechos y las libertades de nuestra gente y de nuestra tierra. Con un principio y un final», ha continuado.
«Hubiera sido relativamente sencillo prolongar la etapa usando los contactos establecidos en la actividad política o presionando para acceder a determinados puestos, pero no es mi estilo. Creo que la política institucional debe ser otra cosa», reniega.
También pidió disculpas a «las personas que no puede atender, a los asuntos que quedaron pendientes y a las luchas inconclusas, humanamente hice todo lo que estuvo en mi mano pero a veces resultó materialmente imposible».
Por lo tanto, para Rodríguez, «comienza un nuevo camino, esto no es un adiós, es un hasta lueguito». Dispuesto ahora a su «prioridad», «revertir la cadena de tropelías e injusticias que han cometido conmigo y con las personas que me votaron para que fuera su voz en el parlamento. No voy a escatimar esfuerzos y usaré todos los recursos legales a mi disposición (económicos también por supuesto) en esta tarea. Porque hoy soy yo, pero antes han sido otros casos y tristemente todo apunta a que quedan muchos por venir, si no frenamos esta deriva autoritaria de quienes quieren devolvernos al pasado de miedo, terror y silencio amordazado».
«Vuelvo a la tierra, al país. Entero a pesar de los ataques, con infinidad de experiencias y aprendizajes acumulados y lo que creo que es más importante de todo: con muchas ganas de seguir luchando», finalizaba.
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