Muchos son los que se preguntan por la incompatibilidad de luchar contra el cambio climático mientras se amplía un aeropuerto
El Gobierno central y la Generalitat de Catalunya han acordado ampliar el aeropuerto de Barcelona para convertirlo en un hub intercontinental tras una reunión mantenida por el vicepresidente del Govern catalán, Jordi Puigneró, y la ministra la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez.
La faraónica obra incluye una inversión para construir estaciones de AVE en los aeropuertos de Girona y Reus para conectarlas con el de Barcelona en unos 30 minutos. “Quiero destacar la importancia de esta inversión, la conexión con Reus y Girona es una gran noticia y hace mucho más competitivo el sistema aeroportuario catalán”, ha comentado en rueda de prensa Puigneró.
La obra supone afectar el espacio natural de La Ricarda, protegido por la Red Natura 2000, un paraíso de hectáreas de espesos carrizales, pinares y una frondosa vegetación litoral que esconden una laguna y que se extienden hasta tocar el mar.
Reacciones en contra
Sobre la afectación ambiental, el propio Puigneró ha advertido de que el Govern no dará luz verde “en ningún caso” a alargar en 500 metros la tercera pista, como prevé Aena, sino que habrá que dar con “una solución de compromiso” distinta a la inicialmente propuesta. “La solución técnica para llegar al número de vuelos/hora que necesita El Prat para ser un hub internacional no pasa por ampliar 500 metros de pista. Queremos la mínima afectación posible y, si puede ser, cero”.
El Ayuntamiento de El Prat ha mostrado repetidamente su frontal rechazo al proyecto de ampliación mientras que el de Barcelona, de coalición entre comunes y socialistas, no ha escondido su división sobre la cuestión.
Asimismo, el comisario europeo de Medio Ambiente, Virginijus Sinkevicius, ha advertido de que antes de que “pueda salir adelante” la ampliación “es necesario abordar las deficiencias” en el Delta del Llobregat, por las cuales el ejecutivo comunitario ha abierto dos procedimientos de infracción a España.
La CUP ha expresado su “rechazo” frontal al acuerdo entre el Gobierno y la Generalitat al considerar la ampliación de El Prat un “atentado ecológico y climático”, que es “incompatible con la reducción de emisiones” y profundiza en un “modelo insostenible”.
También desde distintos ámbitos
No solo el rechazo ha sido político, sino también social. Muchos son los que se preguntan por la incompatibilidad de luchar contra el cambio climático mientras se amplía un aeropuerto, aumentando el tráfico aéreo, uno de los medios de transporte más contaminante.
La más clara y directa ha sido la antropóloga y activista Yayo Herrero, que publicó una clara imagen con el texto “No a l’ampliació de l’aeroport” mientras se pregunta “¿Cómo va a ser la ampliación del aeropuerto del Prat compatible con la declaración de emergencia climática?”. “Es una vergüenza”, zanja la activista.
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