Con humor ácido, críticas afiladas, Marina Lobo deja claro que aquí no hay espacio para la complacencia.
El programa de hoy de ‘Hasta el coño de’ (HECD), con Marina Lobo* comienza con una crítica directa y feroz hacia la realidad cotidiana que enfrentamos. Desde el absurdo de la vuelta al colegio, un reflejo claro de un sistema que explota a los más vulnerables, hasta las dificultades diarias que afectan a los padres y educadores.
Marina no se guarda nada, denunciando cómo el sistema esclaviza a los niños desde pequeños para que encajen en un engranaje capitalista que solo sirve a unos pocos. Durante el programa, también se explora cómo la política actual sigue siendo un reflejo de las peores injusticias. La acumulación de riqueza de ciertas élites, como la de Juan Carlos I, quien agrupa su fortuna en una fundación en Abu Dabi para garantizar la riqueza de sus hijas, es un ejemplo más de cómo la corrupción y los privilegios se perpetúan generación tras generación, mientras la mayoría lucha por sobrevivir en un sistema económico implacable. HECD se convierte en un espacio para desahogarse, pero también para abrir los ojos a la cruda realidad.
Con humor ácido, críticas afiladas y un compromiso total con la defensa de los derechos humanos y el antifascismo, Marina Lobo deja claro que no hay espacio para la complacencia. El programa es una llamada a la resistencia, una plataforma para que los espectadores puedan expresar lo que les indigna y, sobre todo, un recordatorio de que la lucha sigue siendo más necesaria que nunca.
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