El mensaje de Gonfaus es un grito de dolor y de denuncia, un recordatorio de que la violencia sexual no solo roba la tranquilidad, sino que mutila la libertad de vivir plenamente.
Las palabras de Gonfaus nos despiertan ante el inmenso impacto que un intento de violac**n puede tener en la vida de una persona. No se trata solo de un ataque físico, sino de una profunda herida emocional que deja cicatrices invisibles pero permanentes. La libertad, algo tan esencial y cotidiano, se ve repentinamente limitada.
Cada acción diaria, desde la forma de vestirse hasta el simple hecho de caminar por la calle, se convierte en una fuente de ansiedad y miedo. El peso de la culpa, aunque injusta, recae sobre la víctima, que ahora se siente sucia o responsable por algo que jamás debería haber sucedido. Estas secuelas van más allá del momento del ataque; son una sombra constante que condiciona el presente y el futuro de quien lo ha sufrido.
El mensaje de Gonfaus es un grito de dolor y de denuncia, un recordatorio de que la violencia sexual no solo roba la tranquilidad, sino que mutila la libertad de vivir plenamente.
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