El debate sobre la tauromaquia y su financiamiento con fondos públicos vuelve al ruedo. Según la Base de Datos Nacional de Subvenciones, la Fundación Toro de Lidia ha recibido en los últimos cinco años una suma que supera los dos millones de euros. Entre las contribuciones más significativas se encuentran 1.237.000€ de la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte de Castilla y León (2020-2023) y 516.000€ de la Consejería de la Presidencia, Interior y Diálogo Social de la Junta de Andalucía (2021-2023).
Pero no se detiene ahí. Diversas diputaciones, ayuntamientos y entidades estatales también han aportado a la causa. Por ejemplo, en mayo de 2023, el Patronato Provincial De Turismo Y Tauromaquia de la Diputación Provincial de Badajoz otorgó a la Fundación 63.000€. La Junta de Extremadura, por otro lado, contribuyó con 132.000€ en el mismo año. Las diputaciones de Almería y Málaga también hicieron sus aportaciones en 2022 y 2020, respectivamente.
Andalucía, en particular, ha demostrado ser una de las regiones más generosas hacia la tauromaquia. Además de la ya mencionada contribución de la Consejería de la Presidencia, se suman otros 150.000€ de la Dirección General de Interior, Emergencias y Protección Civil en 2020 y 5.000€ del Ayuntamiento de Córdoba en 2021.
Desde el Partido Animalista PACMA, se ha expresado preocupación y crítica hacia estas asignaciones. Aunque las subvenciones son legales, el partido insta a una revisión crítica de estas, especialmente considerando la disminución en la popularidad de la tauromaquia. Yolanda Morales, portavoz del partido, señala: «La tauromaquia está recibiendo cantidades significativas de dinero, a pesar de la resistencia de muchos a considerarla una actividad cultural y del declive en su afición».
El debate central aquí es sobre la asignación de recursos públicos y si reflejan las prioridades y valores de la sociedad contemporánea. En un momento en que la tauromaquia es vista por muchos como una actividad controvertida y en declive, ¿deberíamos reconsiderar hacia dónde se dirigen estos fondos? Tal vez sea el momento de invertir en actividades culturales más inclusivas y alineadas con los valores del siglo XXI.
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