Anoche se puso fin al Estado de Alarma y las imágenes de fiestas y gente saliendo a las calles ha sido la tónica general en todo el país.
Durante la primera noche sin toque de queda y sin restricciones de movilidad en toda España de han vivido escenas ludicofestivas.
Es bien cierto, como expone eldiario.es, que algunas comunidades «han conseguido que sus ciudadanos cumpliesen por última vez con la normativa, que obligaba a retirarse a cierta hora y permitía volver a salir a partir de las 00:00», pero en otras «el control ha brillado por su ausencia».
«Antidisturbios, cohetes, trifulcas, vítores y silencios han bañado las calles de seis ciudades que este sábado decían adiós al toque de queda», exponen desde el rotativo.

Simultáneamente y a lo largo de esta mañana la incredulidad y la indignación se ha apoderado de otro sector de la población.
«Ni se alcanzan los 30 minutos del #FinEstadoDeAlarma en Barcelona que la plaza Virreina está a rebosar. Sin presencia policial», se mostraba a través de las redes sociales.
Ni se alcanzan los 30 minutos sl #FinEstadoDeAlarma en Barcelona que la plaza Virreina está a rebosar. Sin presencia policial. pic.twitter.com/GVScwxHLbY
— Alejandro Pérez-Vico (@aperezvico) May 8, 2021
En Madrid las imágenes se repetían: «Gente saltando, abrazándose, unos haciendo la conga… No tengo palabras».
Así está ahora mismo la Puerta del Sol. Gente saltando, abrazándose, unos haciendo la conga… No tengo palabras. pic.twitter.com/I5L8SKXn4x
— Fernando H. Valls ?️ (@FernandoHValls) May 8, 2021
«Hoy, comida familiar y muchos abrazos, venga, que aquí no ha pasado nada», ha expuesto el periodista Miquel Ramos.
Hoy, comida familiar y muchos abrazos, venga, que aquí no ha pasado nada. https://t.co/vik46FqYqw
— Miquel Ramos ? (@Miquel_R) May 9, 2021
«Se lleva adoctrinando a la sociedad durante décadas en el individualismo, en que tú eres especial y los demás gilipollas y nos echamos las manos a la cabeza cuando hay comportamientos egoístas», trataba de explicar otro tuitero.
Se lleva adoctrinando a la sociedad durante décadas en el individualismo, en que tú eres especial y los demás gilipollas y nos echamos las manos a la cabeza cuando hay comportamientos egoístas.
— Alí (@Errekaor3) May 9, 2021
«¿De qué vale celebrar el fin de algo cuando a su vez significa el comienzo de otra cosa probablemente aún peor?», se cuestionaba otro usuario de dicha res social.
Los expertos, por su parte, temen que con el fin del estado de alarma se multipliquen los contagios: «Es casi inevitable», aseguran.
Y en este mismo sentido el Youtuber Ibai escribía «en una semanita otra vez a casa».
en una semanita otra vez a casa https://t.co/KQa6dz4pbT
— Ibai (@IbaiLlanos) May 8, 2021
Desde El Español destacan algo que cabe recordar y es que «España sale del estado de alarma con una incidencia ocho veces mayor que la prevista por el Gobierno».
yo me quedo loca, estáis mal de la jodida cabeza. pic.twitter.com/Ssx424flWR
— ♠️ Meru ??? (@MeruStation) May 8, 2021
Tal ha sido el impacto de la noche de «celebración» que a primera hora de la mañana, en redes sociales, se volvía Tendencia los hastags #subnormales e #irresponsables.
Related posts
SÍGUENOS
Milei, contra las cuerdas
El peronismo conquista seis de las ocho secciones electorales y abre una grieta en el proyecto de odio del Gobierno nacional.
Feijóo, de la centralidad al fango
Cuando el barro se convierte en programa político, el país entero queda atrapado en la cloaca.
Milei se rinde al dólar: volantazo desesperado con aval del FMI
El gobierno que prometía “no intervenir jamás en el mercado” se arrodilla ante la divisa y dinamita su propio dogma.
Vídeo | Queremos más Chikahiros
No hay pancartas masivas ni focos mediáticos. Solo un chef japonés que cada semana se planta ante la embajada de Israel en Tokio y repite lo mismo: “Parad el genodicio”. Una voz sola que vale por miles. Queremos más Chikahiros.
Vídeo | El negocio de matar
Palantir vende tecnología, pero lo que compra el ejército israelí es impunidad: un algoritmo que legitima la masacre. Cada contrato firmado es un misil que despega. Cada sonrisa de Karp es una fosa abierta.