Los trabajadores podían trabajar desde las siete de la mañana hasta las nueve de la mañana del día siguiente.
Aunque la noticia salía ayer a la luz, fue el pasado 17 de agosto cuando la Policía Nacional ha detenido a un empresario que explotaba a sus trabajadores en una nave de Bizkaia, Euskadi. Los empleados ocasionalmente hacían lo que su jefe denominaba una «maratón»: trabajar 26 horas seguidas sin descanso.
La operación se inició cuando varios trabajadores denunciaron en la Comisaría de la Policía Nacional de Bilbao la explotación a la que se veían sometidos. Se acusa al empresario de un presunto delito contra los derechos de los trabajadores, enfrentándose, además, a una posible sanción económica de más de 70.000 euros por infringir la legislación en materia laboral y de Seguridad Social.
Al no tener permiso de residencia, el empresario no les había formalizado contrato alguno y les pagaba un sueldo de cinco euros por hora efectiva de trabajo. De igual forma, señalaron que cuando sufrían algún accidente laboral como consecuencia de su trabajo y tenían que acudir a los servicios médicos, el dueño les aleccionaba para que no mencionara ni a la empresa ni el lugar donde habían sufrido las lesiones.
Asimismo, explicaban que, ocasionalmente, hacían lo que su jefe denominaba una «maratón», consistente en trabajar desde las siete de la mañana hasta las nueve de la mañana del día siguiente, teniendo solo una hora libre para comer mientras permanecían toda la noche encerrados en las instalaciones de la empresa.
Los investigadores les concedieron el carácter de testigos protegidos a los denunciantes por temor a represalias.
“Un favor”
El empresario dice ahora que algún sindicato “ha engañado a los cuatro empleados” que le denunciaron por explotación laboral “para que cuenten algunas historias falsas”. “Me pedían trabajar unas horas y les hacíamos un favor”, asegura a EL PAÍS el empresario.
A pesar de acusar a los sindicatos, el empresario reconoce que hizo mal y que ahora tendrá “que pagar por ello”. “Viéndolo en plan positivo, esto me va a venir bien porque voy a poder regularizarles y tenerlos legales. Pero la publicidad negativa de hacerse público me va a hacer polvo”, admite el empresario.
Abascal ante el dilema Trump: aranceles contra el campo español y ataque contra el idioma
El regreso de Trump al poder pone a Vox entre la espada de la afinidad ideológica y la pared del proteccionismo estadounidense.
El indulto del ‘Chamán de QAnon’: cuando la violencia se convierte en política de Estado
La violencia perpetrada en nombre del trumpismo será no solo justificada, sino premiada.
Rehenes vs. presos: la hipocresía de occidente
Los medios insisten en llamar “rehenes” a los israelíes liberados y “presos” a los palestinos, perpetuando una narrativa que deshumaniza al pueblo ocupado y legitima la brutalidad del Estado sionista.
Vídeo | Musk se quita la máscara
Los fascismos de hoy no llegan con botas y marchas militares. Llegan con algoritmos, con CEOs que controlan redes y con discursos que normalizan lo intolerable.
Vídeo | ¿Por qué no denuncian las mujeres?
Porque denunciar significa enfrentarse a un sistema que las cuestiona y las revictimiza. Denunciar no debería ser una experiencia traumática, pero mientras la justicia siga siendo aliada de los agresores, ¿quién se atreverá a buscar ayuda?