26 Jun 2025

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El oscuro trasfondo de los 1,7 millones de niños pobres “salvados” por Milei
DESTACADA, ECONOMÍA

El oscuro trasfondo de los 1,7 millones de niños pobres “salvados” por Milei 

Argentina canta victoria. Pero lo hace sobre ruinas.

Argentina amaneció con una cifra sorprendente: 1,7 millones de niños y niñas salieron de la pobreza en 12 meses, según UNICEF. El dato se basa en el último informe del INDEC, que muestra un descenso de la pobreza urbana del 52,9 % al 38,1 % entre el primer y el segundo semestre de 2024. Una caída de 14,8 puntos en apenas medio año, que ha sido presentada por el Gobierno de Javier Milei como una hazaña económica.

Pero, ¿qué es lo que ha pasado realmente?

Primero, el punto de partida. La pobreza infantil en Argentina alcanzó picos históricos a fines de 2023 como consecuencia directa del ajuste fiscal extremo iniciado por Milei al asumir la presidencia. Subas de tarifas, despidos masivos, devaluación del peso y congelamiento del gasto social fueron parte de una receta de shock que disparó la pobreza a niveles récord. Es decir, buena parte de los “niños rescatados” fueron previamente hundidos por el propio gobierno que ahora celebra su “rescate”.

Después llegó el rebote estadístico. Una baja rápida de la inflación –que pasó del 25,5 % en diciembre de 2023 a 4,2 % en abril de 2025– y medidas compensatorias temporales como la Tarjeta Alimentar y el aumento de la AUH hasta los 17 años, permitieron una mejora de ingresos en hogares con menores. Esto, sumado a una baja técnica de los precios relativos en algunos productos básicos, redujo momentáneamente la incidencia de la pobreza infantil. Pero como advierte el propio INDEC, los métodos de medición pueden “subestimar la pobreza real” por el desfase con el que se actualiza la canasta de consumo.


AJUSTE, ESTADO REDUCIDO Y SERVICIOS EN RUINAS

El relato oficial habla de eficiencia y recuperación. La realidad habla de desmantelamiento. Durante 2024, el gobierno de Javier Milei implementó un recorte del gasto equivalente a 5 puntos del PIB. Lo hizo con la motosierra por bandera: redujo ministerios de 13 a 9, cerró más de 200 organismos públicos, y despidió a más de 34.000 empleadas y empleados del Estado, afectando áreas clave como salud, educación, ciencia y cultura.

Los efectos no tardaron en notarse. Los salarios públicos se desplomaron entre un 10 y un 16 % en términos reales. Se suspendieron obras públicas. Las universidades denunciaron falta de recursos para funcionar, y hospitales como el Garrahan reportaron desabastecimientos críticos. Los hogares que dependen del empleo estatal o de servicios públicos gratuitos han sido los más golpeados.

Además, la tasa de desempleo alcanzó el 7,9 % a inicios de 2025, recuperando niveles anteriores a la pandemia y sin señales claras de creación de empleo genuino. Sectores intensivos en mano de obra, como la construcción, cayeron un 42 % interanual. La industria se contrajo. Sólo la minería y el agronegocio parecen beneficiarse del nuevo modelo, profundamente extractivista y dolarizado.


¿UNA NUEVA ARGENTINA O UNA BOMBA DE TIEMPO?

La economía argentina cayó un 1,7 % en 2024, según cifras oficiales, pero el último trimestre mostró un crecimiento del 3,9 %. Las previsiones de organismos como el FMI o BBVA apuntan a una expansión del 5–5,5 % en 2025. El modelo mileísta parece dar frutos… siempre que el dólar se mantenga estable, las exportaciones crezcan y no haya shocks externos.

Pero esa estabilidad es tan frágil como efímera. El tipo de cambio sigue condicionado por la deuda con el FMI, los controles del Banco Central y la falta de reservas netas. Cualquier devaluación futura revertiría rápidamente las supuestas “ganancias” sociales. En paralelo, el tejido social está cada vez más tensionado, con sindicatos movilizados, universidades en pie de guerra y un sector informal que representa más del 45 % del empleo.

La mejora coyuntural en los índices de pobreza no equivale a un cambio estructural. No hay política industrial, no hay plan de inversión pública, no hay garantía de derechos universales. Lo que existe es una estrategia de asistencialismo puntual, focalizado y condicionado, al servicio de la narrativa oficial. Una estrategia que no transforma las condiciones de vida, solo las maquilla.


LA CRUDA REALIDAD DETRÁS DEL ÉXITO QUE NO FUE

UNICEF tiene razón: es llamativo que 1,7 millones de niños salieran de la pobreza en un año. Pero sería irresponsable leer ese dato como un logro sostenido. Porque lo que Milei ha hecho no es un modelo social innovador ni un equilibrio fiscal responsable. Es una reconfiguración brutal del Estado que deja fuera a millones para beneficiar a pocos.

El relato del «milagro libertario» se basa en cifras aisladas, mientras los comedores populares no dan abasto y los hospitales recortan turnos. Una cosa es la macroeconomía de Goldman Sachs y otra el precio del arroz en una villa de Rosario. Una cosa es el índice, otra es la dignidad.

Lo que Milei celebra no es el fin de la pobreza infantil. Es la consolidación de una Argentina donde la pobreza ya no incomoda, porque ha sido convenientemente redefinida.


Fuentes

https://chequeado.com/el-explicador/en-vivo-el-indec-da-a-conocer-hoy-el-dato-de-pobreza-del-segundo-semestre-de-2024/

https://www.unicef.org/argentina/media/24821/file/Informe%20extenso%202024%20Argentina.pdf.pdf

https://www.unicef.org/argentina/media/24821/file/Informe%20extenso%202024%20Argentina.pdf.pdf

https://es.wikipedia.org/wiki/Asignaci%C3%B3n_Universal_por_Hijo

https://es.wikipedia.org/wiki/Asignaci%C3%B3n_Universal_por_Hijo

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