Un futuro distópico al estilo de «El cuento de la criada»: el desgarrador caso de una mujer en Florida y las restrictivas leyes del aborto
En un mundo no muy lejano al sombrío escenario que Margaret Atwood plantea en El cuento de la criada, las restricciones extremas al aborto en Florida han llevado a una madre a vivir una experiencia desgarradora e inimaginable. A pesar de saber que su hijo no viviría, una mujer de Florida tuvo que continuar con el embarazo debido a las restricciones legales en su estado. El bebé de Deborah Dorbert, Milo, nació sin riñones y falleció en brazos de su madre el 3 de marzo, tal como los médicos habían pronosticado. Los médicos le informaron que era demasiado tarde para realizar un aborto en Florida, donde las interrupciones del embarazo están prohibidas después de las 15 semanas en la mayoría de los casos.
UNA LUCHA INNECESARIA
Las leyes de Florida permiten abortos después de las 15 semanas si dos médicos certifican por escrito el diagnóstico de una anomalía fetal fatal. Sin embargo, los médicos en Florida y en estados con leyes similares han sido reacios a realizar abortos en tales circunstancias, por temor a que alguien cuestione si la anomalía es realmente mortal. Las sanciones por violar la ley son severas, incluyendo prisión, multas elevadas y costos legales.
DEFENDIENDO LAS RESTRICCIONES AL ABORTO
Los legisladores de Florida que impulsaron la prohibición del aborto a las 15 semanas sostienen que la ley tiene la intención de proporcionar recursos a las madres para criar niños sanos y capacitar a los médicos para ayudar a sus pacientes a tomar decisiones informadas. Sin embargo, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, firmó recientemente una medida aún más restrictiva que prohibiría la mayoría de los abortos en el estado después de seis semanas de gestación, con una excepción para las anomalías fetales fatales. Esta ley no entrará en vigor hasta que la Corte Suprema del estado anule su precedente sobre el aborto o deseche un caso que desafía las restricciones estatales al aborto.
El caso de Deborah Dorbert subraya la necesidad de claridad en las leyes de aborto y de apoyo a las mujeres embarazadas que enfrentan situaciones médicas devastadoras. Las restricciones al aborto pueden causar sufrimiento innecesario tanto a las mujeres como a sus familias, y es fundamental que los legisladores y médicos trabajen juntos para garantizar que las mujeres tengan acceso a la atención médica y al apoyo emocional que necesitan durante estos difíciles momentos.
En el caso de Dorbert, la experiencia de llevar a término un embarazo sabiendo que su hijo no sobreviviría y la preocupación por su propia salud le causaron ansiedad severa y depresión. La lucha de Dorbert y su familia es un recordatorio de la importancia de abordar las leyes de aborto con compasión y empatía, y de garantizar que las mujeres tengan acceso a la atención médica y al apoyo que necesitan en situaciones tan difíciles. Y, sobre todo, libertad para decidir sobre sus propios cuerpos.
Related posts
Los 32.000 hombres que hicieron del cuerpo de sus parejas un escaparate de violencia digital
El patriarcado sigue reinventando sus cloacas en las redes: ahora en Facebook, mañana en Telegram.
Papá legisla, los hijos se enriquecen
Cuando el poder político se confunde con el beneficio privado, la democracia se convierte en un cajero automático familiar.
De cuando la ONU reconoció el hambre como crimen y Estados Unidos e Israel dijeron no
En 2021, 186 países votaron a favor de reconocer el derecho humano a la alimentación. Solo dos se opusieron: los mismos que hoy justifican bloqueos y genocidios.
Vídeo | París marca el camino
París acaba de plantar un bosque en pleno centro. Donde antes había cemento y calor, ahora hay sombra, frescor y vida. Si ellos pueden, ¿qué excusa tienen nuestras ciudades? La crisis climática no espera: lo público debe apostar por espacios verdes, habitables y resilientes.
Vídeo | Jefaza
Cuando la ciudadanía se rebela, cuando una mujer de 87 años se atreve a pegar una pegatina contra el genocidio, mandan a cinco policías a por ella como si fuera peligrosa.