22 Dic 2024
DESTACADA, OPINIÓN

Contra el mantra de la bajada de impuestos 

Te Voy a ser claro: no aguanto más la monserga de bajar los impuestos. ¿Alguien (que imagino que sí) ha caído en la cuenta de que desde que el capitalismo es capitalismo las crisis han consistido en el Estado salvando a los cowboys del mercado con dinero de todos?

Por  Guido Ohlenschlaeger Gómez

El mercado destruye el tejido social, se autoconsume hasta el colapso (claro que ocurre de formas muy variopintas). Luego vienen las colas de grandes empresas exigiendo al Estado que las rescate con dinero púbico. Acordémonos de la crisis del COVID y los ERTE. La patronal, voz de los empresarios, cada vez que podían exigían aumentar los ERTE y alargarlos ad infinitum. Recordemos que los ERTE son y han sido una nacionalización de los sueldos encubierta. El Estado haciéndose cargo de pagar cotizaciones de empresarios y sueldos de trabajadores.

Y no contentos con eso, los freeriders, los contadores de criptomonedas, los niñatos hechos a si mismos, los que son sus propios jefes y los mega empresarios, todos los que pregonaban las virtudes del capitalismo, no solo no se les caía la cara de vergüenza de andar exigiendo ayudas del Estado a montones (“que para eso está”), sino que seguían al mismo tiempo, allí donde podían, en bares, universidades, redes sociales o televisiones, predicando sus monsergas sobre la misma libertad de mercado que casi los deja en la estocada.

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Pero bueno, para eso está el Estado, pero las ayudas recibidas deberían convalidar un silencio autoavergonzado por lo menos durante unos años. No ocurre. Una crisis tras otras los amigos del libre mercado salen a pregonar las virtudes del mismo mercado que ha colapsado y vienen a decir que lo que ha fallado es que no hay suficiente mercado. Para que se entienda: es el equivalente a decir que la solución a los tiroteos en colegios de EE.UU no es eliminar las armas sino armar a todo el mundo para que pueda defenderse. O que la forma de acabar con los chistes de mal gusto de Chris Rock es que a todo el que le salga de las gónadas se dedique a apalear humoristas. En resumen: el salvaje Oeste. Además, esto ya se intentó en 2008: liberalizar más, recortes, austeridad. ¿El resultado? Precariedad, más desigualdad y destrucción del tejido social. A más inri, tardamos 11 años en volver a datos de empleo previos a la crisis. En la crisis del COVID, con más Estado y miles de millones inyectados a empresas y trabajadores hemos tardado un año en volver a niveles de empleo previos a la crisis. Datos.

Pero ni siquiera en el Oeste son todos iguales. En el clásico «El hombre que mató a Liberty Valance» (una pieza del género western ya transitoria) los grandes empresarios del ganado no son los que empuñan las armas. Ellos se esconden detrás de un pobre infeliz, Liberty Valance, para lograr sus fines. Él es quien aprieta el gatillo, no ellos. Incluso en el salvaje Oeste seguía habiendo clases. A Liberty Valance más le hubiese valido alejarse de los rancheros para acercarse al Estado, de esa forma no hubiese muerto tiroteado en la plaza del pueblo como mueren todos los freeriders en todas las películas de vaqueros. Incluso ahí, en esa construcción mítica que es el Western, casi siempre ganaba el Estado (el sheriff u otra clase de representante de la ley; en nuestra película, un abogado y luego senador).

Pero volviendo a nuestro tema. Ahí están los amantes del mercado siempre que pueden pidiendo bajadas de impuestos. PP y VOX salen prestos a decir que hay que bajar todos los impuestos que se puedan, que esa es la solución a todos los problemas. También lo piden los grandes empresarios y algunos lobbys, también algunos poderes mediáticos, y bueno, en cierta medida es normal. Ellos son los dueños del rancho para el que trabaja Liberty Valance.

Libery Valance es ese colega tuyo y mío que curra de camarero y que quiere que se bajen impuestos. Ayer uno de esos colegas me preguntaba por los 700 euros de ayudas directas a los camioneros. Me preguntaba que por qué el Gobierno no les bajaba los impuestos. Otro colega me preguntó una tarde que por qué el Gobierno no bajaba los impuestos básicos y de la energía. Ya se hizo, le respondí. Su sorpresa fue mayúscula. Imagino que pensaba que al poner la luz y otros bienes básicos con un IVA superreducido sus facturas descenderían drásticamente. Pues no, seguramente unos cuantos euros. Y no niego que para una familia en una situación muy complicada “unos euros” pueden marcar la diferencia. Pero en general, lo que tú te ahorras no es nada comparado con lo que deja de ingresar el Estado, quizás miles de millones al mes.

¿Y qué es el Estado? Y tú me lo preguntas mientras clavas tu chapa sobre las criptomonedas sobre mi odio a las supercherías. Y yo contesto: el Estado es el médico, la parada del bus que hay frente a tu casa, la calle que pisas, el colegio al que fuiste o han ido tus hijos. La Universidad, el paro, las ayudas, los ERTE y un infinito etc. Los impuestos sirven para pagar todo eso y más. Y se da la paradoja de que hay muchos que al tiempo que quieren que se bajen todos lo impuestos, quieren también que el Estado le financie casi un año de sueldo (ERTE) mientras su bar está cerrado (o su mega empresa chapa). Y tiene todo el sentido. Pero, ¿y si no hay impuestos, cómo piensa ese buen hombre o mujer, financiar esas ayudas? ¿O eso da igual?

Y ahora viene una de las respuestas favoritas de nuestro Liberty Valance. «De los sueldos de los políticos». Y en este punto desarrollan una interminable retahíla de argumentos loquísimos como que solo con lo que los políticos han robado ya bastaría para financiar eso. Poniendo que “Los políticos” digamos de PP y PSOE (que son los que han sido condenados, aunque podríamos incluir a la antigua CIU) han robado desde 1975 unos 1.000 millones de euros (una cantidad nada desdeñable) es ridícula si lo comparamos con el presupuesto aproximado de un año en España. Unos 500.000 millones de euros. EN UN AÑO. No hay por donde coger semejante argumento.

Nuestro Liberty Valance no sabe que hoy se ahorrará unos euros, sí, pero mañana tendrá que llevar a su hijo al aula con otros 40 alumnos, hacinados, sin suficientes profesores, con una educación mediocre. Cuando quiera ir al médico, nuestro Liberty Valance, tendrá que esperar meses en la lista de espera como ya ocurre en la sanidad de Madrid y otras comunidades. Claro, y hay quién podría decir que esta es la prueba de que los impuestos no sirven para nada. Como el sistema no funciona bien, abandonemos el sistema. Recordemos, una lógica equivalente a: como el sistema de detección de pistolas en los institutos de EE.UU no funciona, quitémoslo y armemos a todos los chavales. Una lógica maníaca.

Pues no, en todo caso, lo que demuestra esta lógica es que hay que pagar más impuestos y repartirlos con mayor jerarquía y organización. ¿Qué, pero estás loco? ¿MÁS IMPUESTOS? Tranquilos, hagamos una cosa: vamos a subírselos a los que más tienen. Hagamos que el que tiene 5 Ferraris pague un poquito más. En eso consiste la democracia. Para eso sirven los impuestos. Durante los años 40, el presidente Roosvelt estableció un impuesto de la renta para los más ricos de un 90% y no pasó nada, no se cayó el mundo.

Lo que quería decir era que tiene sentido que Borja Mari del Barrio de Salamanca, que fue a un colegio privado bilingüe y luego a una universidad privada; que empezó a trabajar en el despacho de su padre y luego lo heredó; que tiene su seguro en Quirón Salud, quiera bajar los impuestos, total, a él casi no le sirven para nada, salvo para financiar las carreteras por las que conduce, las aceras por las que mueve veloz su patinete o para pagar a la policía que le protege. Pero a ti, nuestro Liberty Valance, que necesitas, como yo, de casi todo lo que los impuestos pagan, más te valdría dejar de intentar ser el pistolero de los rancheros millonarios, porque como nos enseñó el cine del Oeste, nunca acaba bien. Si quieren disparar que bajen ellos a la plaza del pueblo.