Erik Prince, exmilitar estadounidense conocido por ser el fundador de la empresa militar privada Blackwater, ha visto oro en donde otros solo ven muerte
Todo apunta a que las tropas de Estados Unidos se marcharán de Afganistán el 31 de agosto, ajustándose de esta manera al ultimátum dado por el ejército talibán. Así lo ratificó el martes el presidente norteamericano, Joe Biden, en la cumbre virtual de emergencia de los líderes del G-7, el grupo que integra a los países más ricos del mundo.
De nada valieron las presiones y los intentos de persuasión de aliados como el Reino Unido, Francia o Alemania, para prolongar la evacuación desde Kabul. Poco antes del inicio de la reunión el portavoz del Pentágono, John Kirby, ya había indicado que el plazo concluiría “a final de este mes”.
De esta manera, el ejército de los Estados Unidos trabaja a contrarreloj para sacar de Afganistán a la mayor cantidad posible de personas antes de que el presidente Biden cierre la ventana para rescates en los próximos días.
Sin embargo, un grupo dispar de mercenarios, contratistas militares, y ex espías también está sobre el terreno con el mismo objetivo, pero con otros intereses que van más allá de salvar vidas humanas.
Empresarios de la muerte pescando en la guerra
Erik Prince, exmilitar estadounidense conocido por ser el fundador de la empresa militar privada Blackwater, ha visto oro en donde otros solo ven muerte. Está ofreciendo asientos a las personas en un avión fletado desde Kabul por 6.500 euros por persona, tal y como denuncia The Wall Street Journal.
Mientras las fuerzas estadounidenses y de la OTAN están enviando equipos especiales de rescate a áreas de la ciudad controladas por los talibanes para llevar a sus ciudadanos al aeropuerto, los equipos de Prince los captan para esquilmarlos..
Afganos que pensaron que Estados Unidos los protegería después de haber ayudado a las fuerzas de la coalición liderada por Estados Unidos en las últimas dos décadas ahora se están dando cuenta de que lo más probable es que se queden atrás para enfrentar solos la ira de los talibanes. A la desesperada, caen en las redes de los especuladores como Prince, aunque solo si tienen cierto poder adquisitivo. Los demás se quedan en tierra.
Blackwater
Blackwater ha logrado contratos federales públicos de la administración estadounidense por más de 1.600 millones de dólares, y otros clasificados cuyo importe se desconoce.
Blackwater, con su ejército de mercenarios, se convirtió en la contratista de personal de seguridad más grande del Departamento de Estado, proveyendo soldados de fortuna en embajadas y bases foráneas.
Desde el 2001, la CIA le ha otorgado casi 600 millones de dólares en contratos clasificados a Blackwater y sus filiales. La administración de Barack Obama le concedió, en el 2010, un contrato de 120 millones de dólares por servicios de seguridad al Departamento de Estado, y la CIA alrededor de 100 millones de dólares más.
Prince renunció a la gerencia general de Blackwater el 2 de marzo de 2009, y se mantuvo como presidente de la junta directiva hasta que le vendió la empresa a un grupo de inversores en 2010.
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