La especulación y la inacción política están empujando a millones fuera del mercado de la vivienda.
El acceso a una vivienda digna se ha vuelto inalcanzable para una parte creciente de la población, no solo en España, sino a nivel global. La escalada en los precios de compra y alquiler ha desbordado cualquier expectativa, dejando en evidencia que el mercado inmobiliario no está al servicio de la gente, sino de los intereses financieros. Mientras grandes propietarios y fondos especulativos acaparan viviendas vacías, la clase trabajadora se enfrenta a un futuro incierto, donde tener un techo propio es cada vez más un lujo.
Para combatir esta crisis, es imprescindible aplicar medidas concretas y urgentes. La vivienda no puede seguir siendo un bien especulativo. Aquí presentamos siete propuestas clave para devolver este derecho básico a la ciudadanía.
EXPROPIACIÓN DE VIVIENDAS VACÍAS: UNA MEDIDA URGENTE
Una de las situaciones más indignantes de esta crisis es la existencia de miles de viviendas vacías en manos de grandes propietarios y fondos de inversión. Estas propiedades no están disponibles para las personas que las necesitan, sino que se retienen hasta que el mercado permita venderlas a precios inflados. La solución es simple: expropiar estas viviendas vacías y convertirlas en parte de un parque de vivienda pública.
Esta medida permitiría redistribuir recursos de manera justa y reducir la presión sobre el mercado de alquiler y venta. Los grandes propietarios han jugado con el derecho a la vivienda durante demasiado tiempo. Es hora de que asuman las consecuencias.
CREACIÓN DE UN PARQUE DE VIVIENDA PÚBLICA
El acceso a una vivienda no debe depender de la lógica del mercado. El Estado y las comunidades locales deben gestionar directamente un parque de vivienda pública que garantice acceso equitativo a todas las personas, independientemente de sus ingresos.
Esta medida no solo garantizaría que haya más opciones asequibles en el mercado, sino que además reduciría el poder de los especuladores y de los grandes propietarios, que actualmente dominan el sector. El parque de vivienda pública no puede ser una idea lejana; debe implementarse cuanto antes.
CONTROL ESTRICTO DE LOS ALQUILERES
La especulación en los alquileres ha dejado a miles de familias pagando precios abusivos. En grandes ciudades como Madrid o Barcelona, alquilar un piso se ha convertido en una odisea, con precios que suben constantemente. Un control estricto de los alquileres, vinculado al poder adquisitivo real de la población, es una medida imprescindible para frenar esta escalada.
No es suficiente con hablar de “alivios” temporales o subsidios. Es necesario un control de precios firme que elimine la especulación y devuelva la dignidad a las personas que alquilan.
PROHIBICIÓN DE LA COMPRA POR INVERSORES EXTRANJEROS Y FONDOS ESPECULATIVOS
Los fondos internacionales y los grandes inversores han visto en el mercado inmobiliario español una mina de oro. Comprar propiedades para inflar los precios y luego venderlas a precios aún más altos es una práctica destructiva que empuja a las personas fuera del mercado. La solución es clara: prohibir la compra de viviendas por parte de fondos especulativos y capital extranjero.
El acceso a la vivienda debe estar reservado para quienes la necesitan para vivir, no para quienes buscan enriquecerse. Esta medida limitaría la especulación y estabilizaría el mercado, haciendo que los precios bajen de manera natural.
FOMENTO DE COOPERATIVAS DE VIVIENDA
Las cooperativas de vivienda ofrecen un modelo más justo y equitativo que el mercado actual. Fomentar la creación de viviendas cooperativas, gestionadas sin fines de lucro, es una alternativa viable para garantizar que las viviendas se mantengan accesibles.
Estas cooperativas deben recibir un apoyo sustancial por parte del Estado, ya que permiten a las y los inquilinos tener control sobre sus propios espacios, sin estar a merced de la especulación.
IMPUESTOS ELEVADOS A LA ESPECULACIÓN INMOBILIARIA
Comprar y vender propiedades para obtener ganancias rápidas ha sido una práctica habitual que ha disparado los precios del mercado inmobiliario. Imponer impuestos más altos a quienes especulan con las viviendas no es solo una cuestión de justicia social, sino una herramienta fundamental para desincentivar esta práctica.
Gravar con mayor dureza las operaciones especulativas reduciría la acumulación de viviendas en manos de unos pocos y forzaría a los inversores a liberar propiedades, aumentando la oferta para quienes realmente necesitan un hogar.
FOMENTO DE LA CONSTRUCCIÓN PÚBLICA SOSTENIBLE
El mercado de la vivienda está desequilibrado porque la oferta no responde a la demanda. El Estado debe intervenir directamente en la construcción de viviendas sostenibles y asequibles para equilibrar la oferta y garantizar que haya suficiente stock para satisfacer las necesidades de la población.
Esto no solo solucionaría a largo plazo el problema de la accesibilidad, sino que también contribuiría a un desarrollo más sostenible y respetuoso con el medio ambiente. La construcción pública no debe verse como una medida extrema, sino como una política lógica para garantizar derechos básicos.
UN LLAMADO A LA ACCIÓN
El acceso a la vivienda es un derecho fundamental que debe estar por encima de los intereses económicos. Estas siete medidas son un camino claro hacia la justicia social y la recuperación de ese derecho. Pero sin la voluntad política necesaria, sin una presión ciudadana constante, el mercado inmobiliario seguirá secuestrado por aquellos que ven en la vivienda solo una oportunidad para lucrarse.
Es hora de actuar y exigir que la vivienda sea para todas y todos.
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