19 May 2024

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Opinión | «Qué te vote Txapote»: el grito indecente en el 12 de octubre
POLÍTICA ESTATAL, PRINCIPAL

Opinión | «Qué te vote Txapote»: el grito indecente en el 12 de octubre 

El 12 de octubre, fecha divisoria como pocas en nuestro país, se ha convertido una vez más en un escenario de división y odio. En medio del desfile, un grito desagradable y despreciativo resonó en el aire: «¡Que te vote Txapote!». Una frase que no solo es una bofetada en la cara de las víctimas del terrorismo, sino también una muestra del nivel de polarización y desinformación que ha alcanzado nuestra sociedad.

Pedro Sánchez, rodeado de la realeza y altos funcionarios, escuchó no solo este grito, sino también otros insultos y abucheos. Pero, ¿qué significa realmente este grito? Para aquellos que no lo sepan, Txapote es el alias de Francisco Javier García Gaztelu, un exdirigente de ETA condenado por múltiples asesinatos, incluido el del exconcejal del PP, Miguel Ángel Blanco. Usar su nombre como chiste recurrente en un intento de insultar a un líder político es un acto ignorante y despreciable.

POLÍTICA Y DESINFORMACIÓN: UN CÓCTEL PELIGROSO

La derecha más radical parece haber adoptado este grito como un lema, una forma de atacar al gobierno progresista. Pero lo que es aún más preocupante es que este tipo de retórica se está normalizando. Las y los líderes políticos de la oposición deberían condenar estos actos en lugar de avivar las llamas del odio. ¿Cómo no van a echar leña el fuego si son ellos mismos quién lo usan?:

El cambio de ubicación del desfile, que se debió a obras en el Paseo de la Castellana, fue tergiversado y utilizado como otra herramienta para atacar a la izquierda. Las acusaciones de que el cambio fue una «muestra de cobardía» son ridículas y muestran hasta qué punto algunos están dispuestos a llegar para desacreditar al gobierno.

El grito de «¡Que te vote Txapote!» es más que un simple insulto. Es un reflejo de una sociedad polarizada, donde la desinformación y el odio se están convirtiendo en la norma. Las y los líderes políticos, independientemente de su afiliación, deben condenar estos actos y trabajar juntos para unir al país.

Vivimos en una era donde la información está al alcance de un clic, pero paradójicamente, la desinformación parece reinar. Las redes sociales, que prometían ser herramientas de conexión y conocimiento, en muchos casos se han convertido en ecosistemas donde las falsedades y los prejuicios se amplifican. En este caldo de cultivo, el odio encuentra un terreno fértil para crecer y manifestarse en gritos como el mencionado.

Utilizar el nombre de un exdirigente de ETA para insultar muestra una insensibilidad alarmante hacia las víctimas del terrorismo y sus familias. Es una banalización de la violencia y el sufrimiento que han marcado a generaciones. Las y los líderes políticos tienen una responsabilidad ineludible en este contexto. No pueden ser meros espectadores de esta creciente polarización. Es imperativo que, más allá de sus diferencias ideológicas, tomen una postura firme contra la propagación del odio y la desinformación. Deben ser ejemplos de diálogo y entendimiento, mostrando que es posible debatir y discrepar sin recurrir a la ofensa y la descalificación.

Además, es esencial que se promueva la educación y la formación crítica desde edades tempranas. Las nuevas generaciones deben estar equipadas para discernir entre la información veraz y las falsedades, y para interactuar en el espacio público con respeto y empatía. El eco del odio puede ser fuerte, pero la determinación de un pueblo unido por la paz y el entendimiento es imparable.