El mensaje de Gonfaus es un grito de dolor y de denuncia, un recordatorio de que la violencia sexual no solo roba la tranquilidad, sino que mutila la libertad de vivir plenamente.
Las palabras de Gonfaus nos despiertan ante el inmenso impacto que un intento de violac**n puede tener en la vida de una persona. No se trata solo de un ataque físico, sino de una profunda herida emocional que deja cicatrices invisibles pero permanentes. La libertad, algo tan esencial y cotidiano, se ve repentinamente limitada.
Cada acción diaria, desde la forma de vestirse hasta el simple hecho de caminar por la calle, se convierte en una fuente de ansiedad y miedo. El peso de la culpa, aunque injusta, recae sobre la víctima, que ahora se siente sucia o responsable por algo que jamás debería haber sucedido. Estas secuelas van más allá del momento del ataque; son una sombra constante que condiciona el presente y el futuro de quien lo ha sufrido.
El mensaje de Gonfaus es un grito de dolor y de denuncia, un recordatorio de que la violencia sexual no solo roba la tranquilidad, sino que mutila la libertad de vivir plenamente.
Related posts
ÚLTIMAS ENTRADAS
Más allá del alquiler: ¿puede el cooperativismo salvar el derecho a techo?
Cuando se elimina el ánimo de lucro, aparece una idea escandalosa: vivir dignamente
La periodista que comió con Mazón el día de la DANA: «Las redes me han hecho mucho daño»
Maribel Vilaplana se presenta siete meses después como víctima del escrutinio público, pero sigue sin responder a lo que importa: qué hacía en aquella mesa mientras la emergencia crecía bajo la lluvia
El PP y el manual Trump: sembrar la duda, cobrar en descrédito
Cuando se ataca el voto sin pruebas, no se busca justicia. Se busca poder.
Maternidad o barbarie
La libertad de no ser madre no debería escandalizar a nadie en 2025. Y sin embargo…
Vídeo | Hasbara: blanqueando el genocidio
Mientras bombardea Gaza, el Estado israelí despliega una campaña global de imagen financiada con dinero público, desde los escenarios hasta los algoritmos