La fábrica ocupará 366 hectáreas en una zona ecológicamente rica y culturalmente significativa, cercana a áreas protegidas de la Red Natura.
La multinacional papelera portuguesa Altri ha admitido que su nueva fábrica en Palas de Rei, Lugo, emitirá tanto dióxido de carbono (CO2) como 21.500 coches. A pesar de las promesas de inversión y empleo, el proyecto ha desatado una gran oposición social debido a sus significativos impactos medioambientales.
IMPACTOS AMBIENTALES SIGNIFICATIVOS
El consejero delegado de Altri, José Soares de Pina, reconoció en Santiago que la futura planta de celulosa emitirá 0,1 toneladas de CO2 por cada tonelada de producto fabricado. Esta cifra, según la memoria de impacto ambiental presentada a la Xunta de Galicia, se traduce en unas 60.000 toneladas de CO2 anuales, el equivalente a las emisiones de 21.500 coches recorriendo 20.000 kilómetros al año.
El proyecto no solo afecta la calidad del aire, sino también otros aspectos ambientales cruciales. La fábrica ocupará 366 hectáreas en una zona ecológicamente rica y culturalmente significativa, cercana a áreas protegidas de la Red Natura. Además, consumirá diariamente 16 millones de litros de agua del río Ulla, devolviendo 30 millones de litros de agua tratada pero contaminada a una temperatura de 27 grados, lo que podría afectar gravemente los ecosistemas acuáticos y los bancos marisqueros de la ría de Arousa.
UNA RESPUESTA INADECUADA Y POLÉMICA
Ante la creciente oposición social, Soares de Pina atribuyó las críticas a la “desinformación” y los “argumentos falsos”. Sin embargo, el rechazo al proyecto no se basa en simples rumores, sino en preocupaciones legítimas sobre sus consecuencias ambientales. La memoria de impacto ambiental de Altri no solo menciona las emisiones de CO2, sino también la emisión de partículas y gases tóxicos como azufre, monóxido de carbono y óxidos de nitrógeno a través de una chimenea de 75 metros, situada cerca de varios núcleos de población.
UN MODELO INSOSTENIBLE
Altri planea usar anualmente 1,2 millones de toneladas de madera de eucalipto, una especie invasora que ya cubre más de un tercio de la superficie forestal de Galicia. El impacto de esta especie en la biodiversidad local es significativo, exacerbando la degradación del suelo y aumentando el riesgo de incendios forestales. Además, el consumo de agua de la planta será considerable, aunque Soares de Pina insiste en que será la mitad del consumo de otras fábricas del sector.
El directivo de Altri también defendió las emisiones de CO2 de la fábrica, afirmando que serán “biogénicas” y no provendrán de la quema de combustibles fósiles. Sin embargo, no proporcionó detalles sobre cómo esta distinción supone una ventaja ecológica. El uso de esta terminología parece un intento de minimizar las preocupaciones ambientales sin abordar verdaderamente los problemas subyacentes.
OPOSICIÓN SOCIAL Y FUTURO INCERTO
La manifestación reciente en Palas de Rei, que reunió a miles de personas, refleja la profunda preocupación de la comunidad local y de grupos ecologistas sobre los impactos del proyecto. La oposición no solo se centra en las emisiones de CO2, sino también en el uso intensivo de recursos naturales y la alteración de los ecosistemas locales.
Soares de Pina ha advertido que Altri podría abandonar el proyecto si no se resuelven pronto la tramitación de la licencia ambiental y la concesión de subvenciones comunitarias. El hecho de que la empresa busque financiar parte del proyecto con fondos europeos destinados a la descarbonización es, cuanto menos, paradójico. Estos fondos deberían apoyar iniciativas que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero, no aquellas que las aumenten.
UNA DECISIÓN CONTROVERTIDA
La inversión propuesta por Altri, de más de 800 millones de euros, es la mayor que Galicia ha visto en el último medio siglo. Se prevé la creación de 500 empleos directos, con una posible expansión que aumentaría la inversión total a 1.000 millones de euros y el número de empleos a 1.000. No obstante, la condición ineludible de financiar el 25% del proyecto con ayudas públicas y las amenazas de la empresa de retirarse si persisten las protestas sociales, plantean serias dudas sobre la viabilidad y la sostenibilidad del proyecto.
El impacto ambiental del proyecto de Altri en Palas de Rei es significativo y multifacético. Desde las emisiones de CO2 comparables a las de miles de coches hasta el uso intensivo de agua y la afectación de ecosistemas locales, las preocupaciones son numerosas y bien fundamentadas. La comunidad local, junto con grupos ecologistas, seguirá luchando para proteger su entorno y asegurar que cualquier desarrollo industrial se realice de manera sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
En conclusión, la instalación de la fábrica de celulosa de Altri en Palas de Rei representa un grave riesgo ambiental y un desafío para la comunidad local. Es esencial que las autoridades tomen en cuenta las preocupaciones legítimas de los ciudadanos y garanticen que cualquier proyecto industrial cumpla con los más altos estándares ambientales y de sostenibilidad.
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