26 Abr 2024

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Sin voto de pobreza: 320 millones con el IRPF recaudados por la Iglesia, un 8,5% más que el año anterior
POLÍTICA ESTATAL, PRINCIPAL

Sin voto de pobreza: 320 millones con el IRPF recaudados por la Iglesia, un 8,5% más que el año anterior 

la Iglesia es una institución con recursos suficientes para financiarse por sí misma, sin necesidad de recurrir a la financiación pública indirecta.

La Conferencia Episcopal Española (CEE) ha dado a conocer que en la última campaña de la renta realizada en 2022 con el ejercicio fiscal de 2021, la Iglesia Católica ha recaudado más de 320 millones de euros a través del IRPF, gracias a que 7,4 millones de declaraciones marcaron la casilla de asignación tributaria a la Iglesia. Este aumento del 8,5% en comparación con el año anterior, representa una suma de 84.201 declaraciones más.

En la última campaña de la renta de 2022, la Iglesia Católica ha recaudado un 8,5% más de dinero que el año anterior a través del IRPF de la renta, recuperándose así de la bajada que sufrió en la campaña de la renta de 2021. En promedio, cada persona que ha decidido contribuir con la Iglesia ha aportado 37,73 euros.

Según la campaña «Xtantos», la Comunidad de Madrid es la región que más dinero ha aportado a la Iglesia a través de esta opción, con más de 1,33 millones de declaraciones que marcaron la «x» en la última declaración de la renta, aportando más de 94 millones de euros a la Iglesia Católica. Le sigue Andalucía con casi 47 millones de euros y Cataluña con 36,5 millones de euros recaudados. En términos relativos, Castilla-La Mancha lidera el porcentaje de declaraciones a favor de la Iglesia, con un 44,2% y una recaudación de 11,58 millones de euros.

Desde 2007 se estableció el sistema de financiación de la Iglesia a través del IRPF, tras anular el complemento presupuestario a la Iglesia. A partir de ese momento, marcar la casilla de aportación a la Iglesia en la declaración de la renta se convirtió en una opción voluntaria. De esta forma, el contribuyente tiene la opción de elegir destinar el 0,7% de sus impuestos (IRPF) a la Iglesia Católica, a actividades de fines de interés social, o a ambas (un 1,14% del IRPF) en la asignación tributaria. Si el contribuyente no marca ninguna de estas casillas, el 0,7% de la cuota íntegra del IRPF se traslada a los Presupuestos Generales del Estado con destino a fines generales.

La Iglesia y el IRPF

La recaudación de la Iglesia a través del IRPF de la renta es una práctica polémica que ha generado mucho debate en los últimos años. La Iglesia ha defendido siempre que se trata de una opción voluntaria para los contribuyentes, que son libres de decidir si quieren destinar una parte de sus impuestos a la Iglesia o no. Sin embargo, muchos sectores de la sociedad critican esta medida por varios motivos.

Uno de los principales argumentos en contra de esta práctica es que se trata de una financiación pública indirecta de la Iglesia que no está sometida a los mismos controles y requisitos que otras instituciones y organizaciones que reciben financiación pública directa. Además, muchos detractores de esta medida consideran que la Iglesia es una institución con recursos suficientes para financiarse por sí misma, sin necesidad de recurrir a la financiación pública indirecta a través del IRPF.

Otro de los aspectos más controvertidos de la recaudación de la Iglesia a través del IRPF es que no está claro en qué se va a utilizar el dinero recaudado. La Iglesia se compromete a destinar estos fondos a actividades de carácter social, cultural y educativo, pero no hay un control exhaustivo sobre cómo se invierte realmente el dinero. Además, algunos sectores consideran que la Iglesia debería destinar estos fondos a luchar contra la pobreza y la exclusión social, en lugar de a mantener su estructura organizativa y patrimonial.

Por otro lado, la Iglesia católica es una institución que ha sido cuestionada por su falta de transparencia en muchas ocasiones. En este sentido, muchos contribuyentes que marcan la casilla de asignación tributaria a la Iglesia no tienen información suficiente sobre cómo se gestiona el dinero recaudado y si se utiliza realmente para fines sociales. Además, algunos críticos consideran que la Iglesia no rinde cuentas de forma adecuada sobre cómo utiliza estos fondos y que debería estar sometida a un mayor control y transparencia.

Es necesario que se abra un debate amplio y transparente sobre la recaudación de la Iglesia a través del IRPF y se evalúe si es una práctica que debe mantenerse.