02 May 2024

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Por la igualdad de oportunidades: todas las claves de la herencia universal que propone Díaz
DESTACADA, POLÍTICA ESTATAL

Por la igualdad de oportunidades: todas las claves de la herencia universal que propone Díaz 

La propuesta ha abierto el debate sobre la absoluta necesidad de la redistribución de la riqueza

Un obstáculo generacional invisible pero ineludible divide a nuestra juventud. En un extremo, encontramos a aquellos cuyo futuro ya está marcado por la fortuna de su linaje, mientras que en el otro, una juventud con ansias de oportunidades lucha por hacerse camino en un mundo cada vez más desigual.

LA HERENCIA INVISIBLE QUE NOS DIVIDE

Sumar, el actor político que promete abordar esta problemática de frente, insiste en que la herencia universal, es decir, la distribución equitativa de la riqueza a la mayoría de edad, es el camino a seguir. Pero ¿Qué significará realmente esta propuesta revolucionaria para las y los jóvenes de nuestro país?

Imaginemos a dos jóvenes de 18 años; uno nace en una cuna dorada, el otro en un hogar humilde. El primero tiene a su disposición todas las herramientas necesarias para estudiar en el extranjero o iniciar un negocio propio; el segundo debe luchar por cada oportunidad. Esta desigualdad es una brecha que no solo afecta a individuos, sino a nuestra sociedad en su conjunto.

La vicepresidenta Yolanda Díaz, líder de Sumar, ha presentado esta iniciativa como una solución a la desigualdad en nuestra sociedad. Propone una herencia universal de 20,000 euros para cada joven cuando alcanzan la mayoría de edad, financiada por un impuesto especial a las grandes fortunas.

La medida conllevaría un cambio en el paradigma tributario que hasta ahora ha estado centrado en las rentas del trabajo

FINANCIACIÓN DE LA EQUIDAD

El costo de la herencia universal, estimado en 10 mil millones de euros, se considera «realista» y «asumible» por el equipo de economistas de Sumar. ¿La fuente de financiación? Un impuesto a las grandes fortunas, un cambio en el paradigma tributario que hasta ahora ha estado centrado en las rentas del trabajo.

Estos 20,000 euros serían más que un simple cheque para las y los jóvenes. Serían un instrumento de igualdad de oportunidades, una garantía para cada individuo de que tienen las mismas posibilidades de éxito, sin importar su origen.

Por supuesto, las críticas no se han hecho esperar. Nadia Calviño, ministra de Asuntos Económicos, ha cuestionado la falta de restricciones basadas en el nivel de renta y la necesidad de una «política fiscal responsable». A lo que Ernest Urstasun, portavoz de Sumar, ha respondido que la progresividad de esta medida no radica en el destino, sino en el origen, remarcando que se parece más a un derecho básico, al igual que la educación o la sanidad pública.

La necesidad de esta medida pone en relieve la dura realidad: la desigualdad es más que palpable, es abrumadora

EL CAMINO HACIA LA IGUALDAD REAL

La esencia de esta propuesta reside en el reconocimiento de que la verdadera igualdad de oportunidades no puede existir sin una redistribución de la riqueza. En palabras de Díaz: «No hay verdadera igualdad de oportunidades sin redistribución de rentas que proporcione instrumentos de apoyo a quienes inician su andadura en la vida».

La propuesta de Sumar busca corregir la desigualdad en la distribución de las herencias y, con ello, la concentración de la riqueza. La coalición estima que el 50% inferior de la población acumula solo el 6% de la riqueza total, mientras que el 10% más rico acumula el 60%. Estas cifras no hacen más que poner en relieve la dura realidad: la desigualdad es más que palpable, es abrumadora.

Aquellos que critican la universalidad de la medida por no ser lo suficientemente progresiva deberían considerar que los sistemas sanitario y educativo también son universales y son políticas fuertemente redistributivas. La educación, el acceso a la atención sanitaria, y ahora una herencia universal, podrían considerarse como derechos innatos a la mayoría de edad.

UN FUTURO POR CONSTRUIR

En una encrucijada donde el futuro de la próxima década está en juego, la propuesta de Sumar se presenta como una alternativa radical a la creciente desigualdad social. Solo el tiempo dirá si esta medida se convierte en una realidad tangible, pero una cosa es segura: la idea de la herencia universal ha llegado para quedarse y ha abierto una discusión importante sobre la redistribución de la riqueza.

Más allá de los argumentos a favor y en contra, esta propuesta nos obliga a reflexionar sobre la realidad de la juventud de nuestro país. Nos insta a reconocer la creciente disparidad y a buscar soluciones efectivas. Como sociedad, debemos cuestionarnos: ¿Estamos dispuestos a tolerar una realidad en la que el acceso a oportunidades está determinado por el accidente del nacimiento? ¿O estamos dispuestos a reinventar las reglas del juego para permitir una igualdad de oportunidades real y tangible para todas y todos?

Las respuestas a estas preguntas determinarán el curso de nuestra nación. Mientras tanto, Sumar sigue adelante, armado con su propuesta de herencia universal y un fuerte deseo de cambiar el sistema. Es una lucha que todos debemos observar de cerca, porque su resultado nos afectará a todas y todos, tanto a nivel individual como colectivo.

LOS COLORES DEL CAMPO DE BATALLA POLÍTICO

Mientras tanto, el tablero político parece un campo de batalla con la próxima década en juego. Sumar y Vox se disputan el tercer puesto en un escenario de incertidumbre. Yolanda Díaz, quien ha pedido el voto para Sumar para defender la reforma laboral, ha respondido a quienes critican la medida argumentando que su universalidad no la hace regresiva, sino eficaz.

La campaña de Sumar, ya en marcha, se abre en A Coruña y se cierra en Madrid, permitiendo que sus propuestas lleguen a diferentes rincones del país. Los líderes de la coalición, como la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, compartirán actos con Díaz en distintas paradas de la gira. Aseguran que será una campaña donde tendrán protagonismo las figuras y candidatos principales del acuerdo electoral.