Una campaña de apología del régimen fascista suma apoyos entre exmiembros del Ejército
La ultraderecha ha encontrado nuevos abanderados en quienes, hasta hace poco, vestían el uniforme del Estado. Más de 40 militares retirados han estampado su firma en un manifiesto que glorifica la dictadura franquista y busca contraprogramar los actos en defensa de la democracia promovidos por el Gobierno. El fascismo no se esconde, se organiza.
La denominada Plataforma 2025, impulsada por sectores de extrema derecha para homenajear a Franco en el 50 aniversario de su muerte, ha sumado ya más de 800 adhesiones. Entre ellas, destacan nombres como el del general de Ejército Antonio Budiño Carballo, exresponsable de asuntos económicos del Ejército de Tierra hasta 2018, y el coronel retirado Eduardo Barrecheguren Beltrán, conocido por sus diatribas contra el PSOE, los independentistas y la izquierda. Ambos, lejos de esconder su ideología, la exhiben con orgullo y sin consecuencias.
El apoyo a este manifiesto no es anecdótico. Las Fuerzas Armadas españolas arrastran un problema histórico: la falta de depuración del franquismo. Mientras que en otros países europeos la transición implicó la expulsión de elementos autoritarios del aparato estatal, en España se premió a los franquistas con ascensos y honores. Los resultados son palpables: décadas después, altos mandos jubilados siguen reivindicando a un dictador que sumió el país en la represión y el atraso.
IMPUNIDAD Y CÓMPLICES EN EL PODER
El manifiesto de la Plataforma 2025 no deja lugar a dudas: es una declaración de apología del franquismo. En él se dice sin tapujos que Franco “salvó a España de una revolución socialista” y se reivindica la “Cruzada de Liberación”, el eufemismo con el que el fascismo justificó el golpe de Estado de 1936. Entre sus firmantes también se encuentra Rafael Jarque García, exguardia civil que amenazó a Pablo Iglesias y vertió mensajes racistas en redes sociales. En su día, el Gobierno del PP lo llamó “garbanzo negro”; hoy es un peón más del engranaje ultraderechista.
Pese a que la Ley de Memoria Democrática, en vigor desde 2022, contempla sanciones para quienes glorifiquen la dictadura, su aplicación es testimonial. La única multa impuesta hasta la fecha ha sido una sanción de 10.000 euros a Falange por el acto del 20N de 2022, recurrida y aún sin resolución firme. El mensaje es claro: los nostálgicos del franquismo pueden actuar con total impunidad.
EH Bildu ha exigido al Ejecutivo que tome medidas, pero la pelota sigue en el tejado del Gobierno. La pregunta es si estará dispuesto a actuar o si seguirá permitiendo que los defensores de la dictadura sigan campando a sus anchas. Mientras tanto, la ultraderecha sigue avanzando, sin miedo, sin frenos y con cómplices en las instituciones.
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