El vídeo que se ha vuelto viral recientemente muestra a un reportero en Argentina enfrentándose a su jefe en vivo, luego de que este le sugiriera que donara dinero en lugar de quejarse de su salario. El reportero, visiblemente molesto, revela su situación laboral precaria, indicando que trabaja desde casa y cobra un salario insuficiente. La discusión se intensifica cuando el reportero es despedido y se le advierte que no será contratado en ningún otro medio de comunicación, según la abogada del canal.
Marina Lobo, comentando sobre este incidente, recuerda una situación similar ocurrida en España cuando el actor Willy Toledo cuestionó los salarios en un programa de televisión. Este acto lo convirtió en una leyenda en la redacción y generó discusiones sobre la precariedad laboral en los medios de comunicación.
Marina comparte su experiencia personal como periodista, destacando la hipocresía en la industria de los medios, donde se habla de la precariedad laboral pero se ignora al momento de asignar salarios justos. Ella reflexiona sobre la burbuja en la que vive esta industria y cómo, a pesar de los informes sobre precariedad laboral, parece no estallar.
Related posts
SÍGUENOS
El plan Trump-Netanyahu es una trampa disfrazada de paz
Un guion escrito para legitimar la ocupación y poner a Palestina contra la espada y la pared
Argentina arde: un triple femicidio retransmitido en directo desata la furia contra Milei
Un país en duelo vuelve a tomar las calles al grito de Ni Una Menos
Cristina Fallarás denuncia a Vox por incitación al odio
Una periodista en el punto de mira de la ultraderecha por defender a las mujeres
Vídeo | Zapatos contra Netanyahu
No hizo falta gritarlo: un zapato contra Netanyahu en Seúl dijo más que mil pancartas. El mismo gesto que humilló a Bush en Bagdad vuelve como símbolo de resistencia frente a la guerra.
Vídeo | Flotilla: recta final
La Global Sumud Flotilla se acerca a Gaza: 40 barcos, 500 personas, 48 países. Si Israel la asalta, habrá huelgas, paros y calles llenas en todo el Estado. El genocidio no se frena con palabras, se frena con acción internacionalista.