Ayer vivimos un déjà vu: los discursos de Abascal y Ayuso tras la investidura de Donald Trump parecían calcados. Mientras Ayuso intentaba convencer a Trump de que «España no está alineada con nada» y Abascal proclamaba que el globalismo está acabado, la realidad golpeaba fuerte: los aranceles al sector primario español ya están en marcha.
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