26 Abr 2024
DESTACADA, POLÍTICA ESTATAL

Empresas españolas entrenan a militares de Arabia Saudí en dependencias del Ejército en Zaragoza 

Buena parte de estos soldados entrenados acabaron masacrando al pueblo yemení

Algunos soldados de Arabia Saudí, que participan actualmente en la guerra contra el pueblo yemení y que se ha cobrado ya más de 230.000 muertos, recibieron formación en el campo de maniobras de San Gregorio, situado en Zaragoza y propiedad del Ejército de Tierra, por parte de dos empresas privadas que venden armas al régimen saudí.

Entre 2018 y 2019, la consultora Everis, presidida por el exministro de Defensa de Aznar Eduardo Serra, y una filial llamada NTGS trajeron una veintena de soldados saudíes a España para entrenarles en el uso de las armas que venden al Ministerio de Interior de Arabia Saudí. Además, las dos empresas enviaron personal desde España a Riad para completar estos ejercicios, tal y como ha revelado elDiario.es.

Según recoge el citado diario, los entrenamientos se realizaron cuando el conflicto ya llevaba años latente y tanto el Parlamento Europeo como la ONU pedían a los Estados miembro que se abstuvieran de mandar armamento a Arabia Saudí.

Durante 2018, miembros de la Guardia Fronteriza saudí llegaban a España regularmente para ser entrenados por parte de dichas empresas, mientras varios estados occidentales suspendieron la venta de armas a Arabia Saudí por su implicación en la guerra de Yemen y como condena al asesinato del periodista del Washington Post Jamal Khashoggi.

En 2017, la consultora Everis obtuvo la autorización del Ejecutivo de Mariano Rajoy para realizar estos entrenamientos ignorando las reclamaciones de distintas instituciones comunitarias e internacionales. Ni la compañía, ni el Ministerio de Defensa han respondido a las peticiones de comentario de elDiario.es. Sí lo ha hecho la Secretaría de Estado de Comercio, departamento del que depende el organismo y autoriza las exportaciones de material militar, quien ha respondido que esta formación «no está sometida a restricciones» al «no recaer sanción internacional alguna» sobre Arabia Saudí.

Arabia

Los entrenamientos

Según figura en los contratos que Everis y la filial NTGS, renombrada como Ventura Defense, firmaron con el Ministerio del Interior de Arabia Saudí los entrenamientos constaban de dos fases, una de 10 días y otra de cinco. Además, dichos contratos incluían la venta de 250 morteros y 175.500 proyectiles explosivos por más 88,8 millones de euros.

En los dos primeros días tenían lugar las presentaciones teóricas. Después los soldados aprendían a identificar objetos y a dispararles introduciendo las debidas coordenadas en los morteros. Asimismo, les enseñaban a afinar los disparos y a utilizar morteros en caso de emergencia. En la segunda fase, los soldados aprendían también a utilizar un visor láser para identificar objetivos.

Sin embargo, los soldados no solo se formaban en España. Everis también envió personal a la sede del Ministerio del Interior en Riad para completar la formación de los soldados saudíes con un programa similar al realizado en España. Al acabar la formación, Everis entregaba un diploma a los soldados.

En el contrato Everis también se comprometió a enviar personal desde España a Riad para instalar los sistemas de mortero en un centenar de vehículos Toyota Land Cruiser, ofreció  un año un servicio de mantenimiento de los morteros y accedió también a enseñar a 20 miembros del Ministerio a realizar estas tareas de mantenimiento.

Los soldados entrenados en España son miembros de la Guardia Fronteriza y buena parte de ellos fueron desplegados en la frontera de Yemen después de recibir la formación. Al principio del estallido de la guerra de Yemen en 2015, el papel de este cuerpo era detectar traficantes de personas y contrabandistas, pero en los últimos años se ha convertido en uno de los cuerpos más activos en el enfrentamiento con los rebeldes hutíes en Yemen.

Según la base de datos de ACLED, entre enero de 2019 y enero de 2020, se identificaron más de 300 ataques de artillería o misiles del ejército saudí en frontera sur de Arabia Saudí, la mayoría obra del cuerpo fronterizo entrenado en España.

En una investigación publicada el pasado agosto, la redacción de elDiario.es identificó y geolocalizó imágenes de miembros de la Guardia Fronteriza disparando morteros de fabricación española en la región de Saddah, a apenas tres kilómetros de la frontera con Yemen.

Diversos expertos en derecho internacional consideran que tanto los entrenamientos como las exportaciones recientes de material militar a Arabia Saudí «posiblemente contravienen» la legislación comunitaria, internacional y nacional de exportación de armas. Según el experto en derecho internacional, Stefano Trevisan: «Estas exportaciones alimentan el conflicto yemení y pueden equivaler a la ayuda y asistencia a actos ilícitos internacionales en contravención del derecho internacional».

Tanto Trevisan como Valentina Azarova, doctora en Derecho Internacional, señalan también a una hipotética responsabilidad de Everis. «El hecho de disponer de una licencia de exportación no es una defensa para las empresas implicadas, que se exponen a posibles litigios así como a consecuencias reputacionales por falta de la diligencia debida», indica Azarova.

Yemen y hambruna generalizada con la complicidad de Estados Unidos

El pasado jueves 15 de octubre 2020 el Secretario General Adjunto de Asuntos Humanitarios y Coordinador del Socorro de Emergencia de la ONU Mark Lowcock ofreció un discurso vehemente y devastador en el que advirtió de que 4 millones de yemeníes que recíbían ayuda humanitaria han dejado de recibirla debido al déficit de las contribuciones donantes y que este país podría estar a punto de sumirse en una hambruna generalizada. En Yemen existe ya una malnutrición generalizada provocada por la guerra y más recientemente por la crisis económica debida a la pandemia de coronavirus.

La catástrofe humanitaria de Yemen se debe en gran medida a la guerra que Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos (EAU) emprendieron contra este país en 2015 con el respaldo incondicional del gobierno Trump. Es un guerra estadounidense y los estadounidenses tienen las manos manchadas de sangre yemení. Una tercera parte de las infraestructuras de Yemen han sido destruidas, la mayoría de ellas debido a los ataques aéreos saudíes y de los EAU, y han muerto más de 100.000 personas.

Este año los EAU, dirigidos por Mohammed Bin Zayed, no están dando nada de ayuda a Yemen a pesar de que su invasión ha provocado muchos de los problemas a los que se enfrenta el país. Mark Lowcock también mencionó a los saudíes y kuwaitíes, y estos ofrecieron nuevas donaciones. Los kuwaitíes ofrecieron 20 millones de dólares. Pero la ayuda ha disminuido y ha pasado de financiar más de un 60 % de las contribuciones que se necesita a solo un 42 %.

Mark Lowcock afirmó: “Las agencias de ayuda ahora solo llegan a unos 9 millones de personas al mes en Yemen, lo que supone un descenso respecto a los más de 13 millones de personas a las que se llegaba a principios de año. ¿Qué ocurrirá con los 4 millones de personas a las que ya no podemos ayudar por falta de dinero? Antes señalé que se está cerrando la ventana para prevenir el hambre en Yemen”.

Lowcock informó de que los problemas del país están empeorando en varios frentes. El gobierno nacionalista de Abd-Rabbo Mansour Hadi, respaldado por Arabia Saudí, lleva tiempo disputando a los hutis insurgentes, o Ayudantes de Dios, el puerto de Hodeidah, que es clave para aprovisionar al norte del país. Los combatientes del gobierno han impedido que se descargue gasolina, es de suponer que para tratar de impedir que hutis puedan utilizar vehículos blindados. Los hutis son guerrillas locales pertenecientes a la rama chií zaidí del Islam. Aunque a menudo se afirma que están apoyados por Irán, este país no está muy implicado en Yemen y los hutis tienen reivindicaciones árabes. El armamento de alta tecnología por valor de miles de millones de dólares que se vende a los saudíes y a los EAU para ser utilizado contra Yemen hacen parecer nimias las pequeñas contribuciones iraníes a los hutis. Los zaidíes a menudo cree que Arabia Saudí trata de dominarlos y convertirlos a su intolerante secta wahabí.

Lowcock afirmó que “en septiembre solo entraron en Hudaydah 20.000 toneladas métricas de combustible comercial, la tercera cifra más baja registrada y un 76 % menos que en agosto. Actualmente 20 buques de combustible comercial están a la espera de entrar en el puerto y descargar el equivalente a tres meses de importaciones”.

El problema es que no son solo los hutis quienes carecen de combustible, sino también la población en general, que lo necesita para ir al mercado en coche o al hospital cuando enferma, y los agricultores que lo necesitan para llevar sus cosechas a las ciudades.

Así mismo, la condición de canasta de divisas del país ha provocado que la cotización del rial yemení descienda a 850 por dólar, un mínimo histórico. Esta tasa de cambio hace imposible que muchos yemeníes puedan permitirse importar, cuando gran parte de los alimentos y otros productos básicos del país son importados.

Las hambrunas no suelen estar provocadas por una carencia total de alimentos, sino porque sus precios son demasiado altos para que la población los pueda pagar. Si el gobierno nacionalista no logra encontrar una forma de devolver su valor al rial, gran cantidad de personas podría morir de hambre.

La guerra también está empeorando, a pesar del intercambio de prisioneros de esta semana entre los hutis y los nacionalistas. Lowcock advirtió que “actualmente hay 47 líneas de frente activas en todo Yemen, la mayor cantidad registrada nunca. En las últimas semanas los peores enfrentamientos han tenido lugar en Hudaydah, Marib y Al Jawf”.

Este año los combates obligaron a desplazarse de sus hogares a otras 150.000 personas, un 80 % de ellas a refugios para personas sin hogar, con lo que el total de personas desplazadas en todo el país asciende a un millón. El país tiene una población de unos 30 millones de personas.

El mes pasado la ONU anunció que se había visto obligada a recortar drásticamente la ayuda a 300 instalaciones médicas en Yemen, cuando en la primavera verano de este año se canceló una tercera parte de los programas de ayuda humanitaria.

Fuentes: ElDiario/Rebelión/Juancole/ONU