24 Sep 2024

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El bulo sobre el desalojo de Callao y racismo alarmista: los “árabes armados” eran Ismael Serrano con un trípode
DESTACADA, POLÍTICA ESTATAL

El bulo sobre el desalojo de Callao y racismo alarmista: los “árabes armados” eran Ismael Serrano con un trípode 

Una falsa alarma convierte a Ismael Serrano en centro de un bulo racista, utilizado por la extrema derecha para promover su agenda xenófoba y generar pánico en redes sociales.

El sábado pasado, Ismael Serrano, conocido cantautor, fue protagonista involuntario de un episodio que refleja hasta qué punto la desinformación y el racismo se han instalado en la narrativa pública. Tras grabar la presentación de un libro infantil en el centro de Madrid, Serrano se dirigía con un colaborador a dejar unos trípodes en el coche. Sin embargo, lo que debería haber sido un día normal en su vida se transformó en un desalojo masivo y una tormenta mediática, cuando alguien confundió esos trípodes con armas y desató una falsa alarma que rápidamente se propagó.

EL BULLO RACISTA: DESINFORMACIÓN COMO ARMA

Todo comenzó cuando un joven de 19 años, sin verificar ni un solo hecho, alertó a la policía de la presencia de “hombres armados” en un aparcamiento en pleno centro de Madrid. Lo que siguió fue una operación policial que culminó en el desalojo de la Plaza del Callao y el centro comercial adyacente. Mientras las autoridades comprobaban la realidad de la denuncia y descartaban cualquier amenaza, las redes sociales ya habían sido tomadas por la extrema derecha, que no tardó en asociar el falso incidente con un ataque supuestamente perpetrado por personas “de aspecto árabe”.

El racismo fue el verdadero protagonista de esta historia. No hubo armas, no hubo amenazas, solo trípodes, pero eso no impidió que se propagara el odio. En cuestión de minutos, cuentas de conocidos agitadores de la extrema derecha aprovecharon la confusión para construir una narrativa falsa. Se hablaba de “detenciones” y se responsabilizaba a las políticas migratorias del Gobierno por el incidente, a pesar de que la policía ya había aclarado que todo era una falsa alarma.

Ismael Serrano se encontraba en su coche, completamente ajeno al pánico que se desataba en las redes. Al regresar de una comida con su familia, fue abordado por la policía, que realizaba las últimas comprobaciones. La realidad de lo ocurrido no detuvo la difusión del bulo. Lo que comenzó como un error insignificante se convirtió en una herramienta más para sembrar odio y desconfianza hacia la población migrante.

LA UTILIZACIÓN POLÍTICA DEL MIEDO: ISMAEL SERRANO COMO OBJETIVO

La extrema derecha ha encontrado en estos incidentes una estrategia perfecta para movilizar a su base. Cada vez que se produce una situación confusa, no pierden ni un segundo en buscar cómo encajarla en su narrativa de miedo y xenofobia. El caso de Ismael Serrano no fue la excepción. Su simple presencia en el lugar de los hechos fue suficiente para que algunas cuentas con miles de seguidores lo utilizaran como chivo expiatorio, lanzando insinuaciones y especulaciones infundadas sobre los “árabes armados”.

Uno de los nombres más destacados en esta estrategia de desinformación fue el de Alvise Pérez, un eurodiputado conocido por su historial de ataques racistas y manipulación en redes sociales. Con más de 700.000 seguidores, Pérez difundió en su canal de Telegram que los supuestos “sospechosos” ya habían sido detenidos, una mentira descarada que luego trató de justificar como un simple “error”. Pero la realidad es que este tipo de mensajes no son errores, son parte de una agenda bien calculada para utilizar el miedo como una herramienta de control social. En lugar de corregir o eliminar las publicaciones erróneas, muchos de estos perfiles optan por dejarlas online, sabiendo que las mentiras ya han hecho su trabajo.

Ismael Serrano, al enterarse de la magnitud que había alcanzado el incidente en redes, no pudo más que expresar su incredulidad. “Es increíble cómo una simple confusión puede generar tanto ruido y, peor aún, cómo se puede utilizar para fomentar el racismo”, declaró más tarde. El cantautor lamentó que situaciones como esta aumenten la paranoia sobre la seguridad y alimenten una narrativa de odio que no tiene fundamento en la realidad.

MEDIOS Y REDES SOCIALES: LA PROPAGACIÓN DEL BULO

Los medios de comunicación y las plataformas sociales tienen una gran responsabilidad en la forma en que se propaga la desinformación. En el caso del desalojo de Callao, la rapidez con la que algunos medios replicaron la falsa alarma sin esperar la confirmación de la policía ayudó a amplificar el pánico. Cadenas como Telemadrid informaron del desalojo bajo el pretexto de “hombres armados”, sin contrastar adecuadamente los hechos. Esta falta de rigor no solo contribuye a la confusión, sino que proporciona un terreno fértil para que los discursos de odio se arraiguen.

En este sentido, la labor de las redes sociales fue aún más dañina. Plataformas como X (anteriormente Twitter) o Telegram se han convertido en el campo de batalla perfecto para la extrema derecha, donde las mentiras y los rumores se difunden mucho más rápido que la verdad. La facilidad con la que se manipula la realidad en estos espacios debería ser motivo de preocupación para todas y todos. Mientras no existan mecanismos más efectivos para frenar la desinformación, personajes como Alvise Pérez seguirán encontrando en las redes sociales una plataforma para extender su mensaje de odio.

Ismael Serrano fue solo una víctima más de un sistema que prioriza la viralidad sobre la verdad, la rapidez sobre la precisión. Pero detrás de este incidente puntual se esconde una verdad más incómoda: la sociedad española está siendo intoxicada por una campaña de miedo que se alimenta de la ignorancia y el racismo.

EN 3 CLAVES

  1. Ismael Serrano y el trípode confundido: Un simple trípode fue interpretado como un arma, lo que llevó al desalojo de Callao y a una tormenta de desinformación en redes sociales.
  2. Racismo como respuesta inmediata: Cuentas vinculadas a la extrema derecha no dudaron en asociar a Serrano y su colaborador con “sospechosos árabes”, a pesar de no haber ninguna prueba.
  3. Medios y redes sociales cómplices: La desinformación se propagó rápidamente, amplificada por medios de comunicación que replicaron el bulo sin verificar los hechos, y por perfiles en redes que utilizan estas mentiras para fomentar el odio.

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