OneToroTV cierra por “inviabilidad”: el ocaso de un negocio inviable en el mundo actual 

Los inversores privados, quienes han perdido más de 12 millones de euros en menos de dos años, han dado la espalda a una industria rechazada por el público general y que no se sostiene por sí sola.

El colapso de OneToroTV no es solo una cuestión de malos números, sino de un sector taurino en ruinas, incapaz de adaptarse al siglo XXI. El cierre de la plataforma refleja una industria que sigue aferrada a un modelo obsoleto, donde la tradición y el negocio se enfrentan a una realidad que no admite concesiones.

EL FRACASO DEL SECTOR TAURINO: UNA INDUSTRIA INCAPAZ DE SOSTENERSE

El cierre de OneToroTV es un nuevo golpe para la tauromaquia, un sector que desde hace décadas sobrevive más por inercia que por un auténtico interés de masas. La falta de modernización y adaptación a los nuevos tiempos ha condenado a la industria a un ocaso inevitable. La plataforma, que en su momento prometía ser el sustituto ideal de Canal Toros de Movistar Plus, no ha logrado cautivar ni siquiera a la afición más fiel.

A pesar de haber invertido más de 20 millones de euros en derechos de imagen y más de 7 millones en producción y promoción, los inversores han terminado por sentirse abandonados. El sector taurino, incapaz de unirse y generar una estructura sólida, ha dejado que las empresas privadas carguen con el peso de una industria a la deriva. Es imposible mantener un negocio cuando ni siquiera los actores principales, toreros y ganaderos, están dispuestos a colaborar de manera coherente.

La comparación con Movistar Plus es inevitable. Telefónica, una superpotencia económica, pudo sostener durante años el fracaso de un canal que, para muchos, era un negocio próspero. La realidad es que la tauromaquia ya no es lo que era y no tiene la capacidad de atraer a nuevos públicos ni inversores que quieran arriesgar su capital en una industria moribunda. El músculo financiero de Telefónica permitió amortiguar las pérdidas, pero con OneToroTV la historia ha sido muy distinta. Sin un respaldo fuerte, el negocio no ha sido más que una sucesión de fracasos.

LA PIRATERÍA COMO EXCUSA: UNA INDUSTRIA QUE NO SE REINVENTA

La piratería ha sido uno de los argumentos utilizados por OneToroTV para justificar su colapso. Según la plataforma, solo uno de cada cuatro espectadores paga por ver sus contenidos de manera legal en España. En otros países, como México o Perú, la cifra es aún más alarmante: solo uno de cada veinte paga. Sin embargo, culpar exclusivamente a la piratería es simplificar un problema mucho más profundo.

La falta de innovación tecnológica y de una oferta atractiva para las y los aficionados ha sido clave en este fracaso. Mientras otras industrias, como el cine o la música, han logrado adaptarse a la era digital, la tauromaquia ha seguido estancada. OneToroTV no ha sido capaz de ofrecer un producto que convenza a su público objetivo para que pague por él. La piratería no es la causa del problema, sino la consecuencia de un sector incapaz de reinventarse.

A esto se suma una falta de transparencia y previsibilidad en la inversión. Los derechos de imagen no han sido gestionados de manera eficiente y el resultado es un modelo de negocio donde el inversor siempre sale perdiendo. El sector taurino debe ordenarse y profesionalizarse si quiere sobrevivir. Esto implica dejar de pensar en el corto plazo y comenzar a trabajar en una estructura sólida y sostenible.

Es interesante observar cómo otras industrias, como el deporte o el entretenimiento en general, han logrado adaptarse a los nuevos tiempos y atraer inversión privada. La tauromaquia, en cambio, sigue siendo una excepción, incapaz de ofrecer una propuesta que convenza tanto a los inversores como al público.

LA RUINA ANUNCIADA

El cierre de OneToroTV es solo la punta del iceberg de una crisis más profunda. El sector taurino no solo se enfrenta a problemas financieros, sino también a una crisis de legitimidad. En un mundo donde la preocupación por los derechos de los animales y la sostenibilidad ganan terreno, la tauromaquia se ve cada vez más arrinconada. No es solo una cuestión de números; es una cuestión de relevancia en una sociedad que cambia a una velocidad que el sector taurino parece incapaz de seguir.

El hecho de que una plataforma con apenas 53.504 suscriptores se haya hundido bajo el peso de sus propias expectativas es una señal de alarma. Mientras se sigan buscando culpables externos, como la piratería o la falta de apoyo institucional, el verdadero problema seguirá sin resolverse. La tauromaquia debe dejar de depender de las subvenciones, las ayudas y los inversores privados si quiere sobrevivir. La industria debe comenzar a generar sus propios ingresos de manera sostenible y ética, o se enfrentará a su desaparición.

OneToroTV ha dejado claro que no existe un futuro viable para la tauromaquia si esta no se transforma radicalmente. El modelo actual no funciona y el fracaso de esta plataforma es solo un síntoma de una enfermedad mucho más profunda. La tauromaquia, tal como la conocemos, está llegando a su fin.