25 Abr 2024
DERECHOS Y LIBERTADES, DESTACADA

Perseguir a una mujer y llamarla «puta» o «zorra» no es delito (según la Audiencia Provincial de Alicante) 

Tres adolescentes fueron condenados el pasado noviembre por el juzgado de Menores por delito leve, pero la Audiencia los absolvió

El 26 de junio de 2019 tres menores de 16 y 17 años siguieron a una joven que caminaba por delante de ellos en la calle Pi y Margall de San Vicente del Raspeig y comenzaron a decirle obscenidades como «guarra, zorra, chúpamela, puta».

La mujer asustada, al ver que no había más viandantes en la zona aceleró el paso y aprovechó la aparición de una pareja de personas mayores para detenerse y dejar que pasaran los adolescentes con el fin de evitar que continuasen siguiéndola.

El pasado mes de noviembre los tres adolescentes fueron condenados por el juzgado de Menores número 1 de Alicante, como autores de un delito leve de coacciones por el temor creado a la mujer, a realizar «una tarea socioeducativa» de una duración máxima de seis meses sobre educación en valores de respeto.

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Vejaciones de carácter leve desaparecidas del Código Penal

El abogado defensor de uno de los jóvenes, Santiago Talavera, recurrió el fallo al considerar que no se trató de un caso de coacciones y que la conducta de los jóvenes no merece un castigo penal al haber desaparecido del Código Penal las injurias y vejaciones injustas de carácter leve excepto en los supuestos de determinadas relaciones familiares o afectivas, por lo que la Audiencia Provincial de Alicante ha revocado la condena impuesta por el juzgado.

Sin embargo, tal y como recoge Diario Información, según la magistrada de Menores que dictó la primera sentencia condenatoria, la conducta de los jóvenes excede de la simple injuria leve o de la vejación injusta y señala que el temor creado a la víctima «le impide actuar como habitualmente lo hubiera hecho, caminando tranquilamente por la vía pública, sin agobios, sin tener que acelerar o detenerse».

Asimismo añade que este temor es perfectamente comprensible si se valora que «se trataba de una mujer sola a la que siguen tres jóvenes gritándole obscenidades, caminando por una calle que, según admiten los propios menores, estaba vacía, estando además los comercios cerrados».