20 Abr 2024

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La ultraderecha en nuestros pueblos: la infección del 28M
POLÍTICA ESTATAL, PRINCIPAL

La ultraderecha en nuestros pueblos: la infección del 28M 

No solo Vox, también están Falange (FE de las JONS), España 2000, Democracia Nacional o Alternativa Española.

La democracia en España, que se había recuperado con arduo esfuerzo tras el derrumbamiento del régimen franquista, ha visto la semilla de un nuevo malestar en su suelo en los últimos cinco años. Esta infección se manifiesta en la forma de un crecimiento sostenido de la extrema derecha. Atribuido principalmente a Vox, un partido que ha conseguido consolidarse en el panorama político español.

Se ha observado que Vox ha adquirido influencia al capturar votos de los conservadores más radicales del Partido Popular (PP). Se podría argumentar que este renacimiento de la extrema derecha es un fenómeno doméstico que, si bien es cierto, no es el único de su tipo en Europa.

El partido se ha fortalecido en los últimos cinco años y se ha establecido como un actor político significativo a nivel nacional. Lo interesante es que también ha atraído a votantes de partidos radicales de extrema derecha, como Falange (FE de las JONS), España 2000, Democracia Nacional y Alternativa Española, que ahora apenas tienen representación política.

Un repaso a los partidos de extrema derecha en España

  1. Vox: Este partido se ha transformado en un referente de la ultraderecha en España. Su influencia y presencia se ha extendido a diez parlamentos y cuenta con ediles en 16 capitales de provincia. Además, Vox busca condicionar alcaldías clave como Madrid, Sevilla, Toledo, Valencia, Murcia o Ciudad Real.
  2. Falange (FE de las JONS): Aunque con escasa presencia, este partido sigue siendo parte del espectro de la ultraderecha. Su limitada infraestructura y recursos le impiden una presencia significativa en las elecciones, y su representación se ha reducido considerablemente.
  3. España 2000: Este partido ha tenido alguna representación en pequeños pueblos de Madrid y la Comunidad Valenciana. Sin embargo, su alcance y repercusión son limitados, y su presencia en el panorama político es marginal.
  4. Democracia Nacional: Este partido ha perdido en 2019 su único representante en Cuenca de Campos (Valladolid). Su visibilidad en la política española ha disminuido considerablemente y su relevancia es menor en comparación con Vox.
  5. Alternativa Española: Este partido tiene un representante en Bárcena de Pie de Concha (Cantabria). Sin embargo, su relevancia política es mínima y su presencia en la esfera política española es casi inexistente.

Estos partidos comparten el peligroso énfasis de una visión nacionalista del mundo y su rechazo hacia la inmigración y la integración europea. Además, han capitalizado el malestar de la población con propuestas ultraconservadoras y ultrareligiosas en temas sociales como la eutanasia, el aborto y la familia tradicional.

Desafíos y lecciones del pasado

A medida que estos partidos de extrema derecha ganan terreno y apoyo, es fundamental recordar los desafíos y las lecciones del pasado. La consolidación democrática de España después de la dictadura de Franco fue un proceso complicado y doloroso. Revivir la retórica y la política divisiva que caracterizó ese tiempo puede provocar una polarización severa en la sociedad y socavar la estabilidad política y social.

Los partidos de extrema derecha capitalizan a menudo el descontento general y los miedos irracionales para aumentar su base de apoyo en base a mensajes populistas. Como resultado, los políticos y la sociedad civil tienen la responsabilidad de contrarrestar esta narrativa con un discurso de tolerancia, respeto y inclusión. Es esencial que las instituciones democráticas sean fortalecidas y que los ciudadanos estén bien informados para evitar caer en la retórica populista y demagoga de la extrema derecha.

Finalmente, el auge de la extrema derecha es una llamada a la vigilancia. Los ciudadanos deben comprometerse activamente en la política, ya que la democracia es un proceso continuo que requiere la participación de todos. Asimismo, los medios de comunicación tienen la responsabilidad de informar con precisión y objetividad para desafiar y contrarrestar la retórica y las políticas de la extrema derecha.